Entre la fugacidad y la permanencia:
Leonardo Eguiluz (fotógrafo)
POR: Fernando Martínez Vázquez
Semblanza Leonardo Eguiluz
Lic. en Ciencias de la Comunicación por la UNAM, ha tomado cursos de fotografía, audio, creación literaria, locución e historia del arte en 15 diferentes centros de estudio. Su obra gráfica y escrita se ha publicado en libros y diversas publicaciones de circulación nacional. Fue becado por la World Press Photo para cursar el Diplomado en Fotonarrativa en la Fundación Pedro Meyer. Tres de sus proyectos multimedia han sido publicados en ZoneZero, Círculo Rojo y El Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Ha expuesto individual y colectivamente en 14 exposiciones con sede en México, Canadá, España, Japón, Suiza, Francia y Alemania. Su obra visual fue mostrada en la galería fotográfica IF Photo Studio. Es maestrante de Investigación en Diseño y Comunicación Visual en la emérita Academia de San Carlos, FAD UNAM. Actualmente estudia la licenciatura en Filosofía en la UNAM. Ha participado como ponente en coloquios nacionales e internacionales. Participó como promotor comunitario en Dinicuiti , Oaxaca. Ha impartido cursos de medios visuales en la UNAM y el Centro Activo Freire. Actualmente imparte las asignaturas de Fotografía, Diseño de Audio e Información en la Web en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
1.¿Cuál fue tu primer acercamiento a la fotografía?
Hace unos meses revisaba la colección de álbumes familiares. Me encontré con una serie fotográfica que mi familia había hecho en Tepoztlán en los años 90; tenía fotografías que se confundían un poco en el tiempo. Debía tener yo unos 6 años cuando me tomé la foto que vi en aquel álbum: me había hecho una selfie.
En la foto es un día nublado y húmedo; son como las 5 de la tarde y mi cara ostenta unos jovencísimos/lisos cachetotes. Mi expresión: inocencia pura; mueca de natural curiosidad por saber cómo era yo. Encontrar esa foto que no recuerdo haber visto nunca −a pesar de que en ocasiones reviso el archivo familiar−, me dio un aproximado en el tiempo sobre el momento en que comprendí una de las funciones de la fotografía: la autorrepresentación.
Fue por aquel tiempo cuando la foto y yo nos conocimos.
2.¿Cómo supiste que tu vocación era la fotografía?
Entré a estudiar a una escuela donde en una materia aprenderíamos el arte de la fotografía. Mi madre me regaló una réflex 35 mm con la que empecé mis primeras prácticas fotográficas. Eran tiempos de cuartos oscuros y olor a químicos. Tiempos de luz roja y penumbras. Quedé fascinado por el nacimiento de la fotografía, incluso dejé de usar los guantes de plástico para sentir el papel y su contacto con los químicos.
Me gustaba acariciar cuidadosamente la superficie de la fotografía, que para esos momentos del revelado se sentía como la piel de un delfín. Solía tomar entre mis manos aquella charola plástica que, con su vaivén químico, mecía el recuadro blanco en el que poco a poco se presenciaba el nacimiento de la imagen; quedé deslumbrado.
Pasé muchas horas disfrutando del silencio y la roja oscuridad del cuarto de revelado. Pasé más buscando los momentos que consideraba apropiados para ser suspendidos en una fotografía.
Luego de un largo tiempo de arduo trabajo, empecé a salir a la calle (con o sin cámara) y comenzaba a acomodar elementos para que desde mi perspectiva se vieran mejor. Encuadraba automáticamente, veía puntos de fuga y geometría; empecé a saborear las tonalidades y cantidades lumínicas, el mundo estaba lleno de belleza y la fotografía me había educado para ser sensible a ella.
Cuando hice todo eso sin la necesidad de una cámara fue cuando comprendí que la fotografía estaría conmigo el tiempo restante que me quedara de vida.
3.¿Qué significa ser fotógrafo?
La intriga sobre lo que diferencia a un fotógrafo de una persona que toma fotografías está muy vigente, y ello responde a la facilidad con la que hoy en día se puede fotografiar algo y luego compartirlo fácilmente en Internet. Creo que la fotografía tiene el mismo dilema que otros medios y es que, básicamente, cualquier persona que tenga acceso a un celular puede usarlo y crear algo, ¿esa masificación hace a todos fotógrafos, escritores, cineastas? Pienso que no.
Pensemos en la escritura. Cualquier persona que tenga en sus manos un celular y que sepa cómo escribir puede, en sus redes sociales, publicar cualquier cosa, no por ello el usuario se convierte en un escritor; grabar un video y compartirlo en redes no hace al usuario cineasta; bailar alguna canción en una boda no hace a la persona un bailarín; pegarle a un clavo con un martillo no te hace arquitecto.
En ese sentido, el fotógrafo es aquel que conoce su instrumento de trabajo, sabe la técnica sobre lo fotográfico y, como en la creación de cualquier otra expresión humana, requiere de pasión, conocimiento, esfuerzo, estudio y unas enormes ganas por expresar algo.
Me gusta pensar que los fotógrafos somos los que vinculamos el medio hacia necesidades humanas, como el saber, la sensibilidad, la creatividad. Ser fotógrafo es más que tomar fotos; es pensar, acomodar el propio punto de vista respecto de los objetos y deliberadamente aterrizarlo en una superficie para luego mostrarla (o no). Es describir bidimensionalmente nuestra forma de ver y pensar las cosas. Es también seducir la vista de los demás. Es usar la herencia de la antigüedad para organizar los objetos y conceptos de nuestra realidad, y luego fijar su luz.
A veces nos olvidamos que hay un enorme deseo que se esconde detrás de nuestro acto de fotografiar: querer que lo que fotografiamos sea inmortal. Ser fotógrafo es pelear rabiosamente contra el tiempo y el cambio. Creo que el punto fundamental es pensar y reformular la realidad en un acto creativo, a veces espontáneo, a veces planeado y a veces planeado/espontáneo.
Por otro lado, no todos tenemos que ser expertos en los medios para usarlos. Creo que el definir al fotógrafo tiene el aparente defecto de menospreciar el uso de la fotografía como un medio para todos.
Yo celebro esta “segunda democratización del medio”, porque los humanos necesitamos de la fotografía para guardar recuerdos y creo que ese es uno de sus usos más importantes: ayudar a la memoria para recordar nuestra historia y la de las personas a las que amamos en los momentos clímax de nuestras vidas. Repensarlos, verlos de nuevo, viajar al pasado, decirnos: ese fui, esos fuimos y los que ya no están más con nosotros, están latentes ahí en todas estas preciosas fotografías.
¿Qué se requiere para ser fotógrafo? Educar el sentido de la vista para que constantemente busque y encuentre el propósito que cada uno se ha impuesto como tarea primordial en su práctica creativa/productiva. Querer decir algo por medio de imágenes, de instantes.
4.¿Qué define a tu fotografía?
La idea de definir mi obra y camino siempre me ha aterrorizado. Desde mi perspectiva heraclitea todo y todos nos encontramos en un continuo cambio, tratar de definir las cosas da la ilusión de tener un marco para leer el mapa de algo en particular, pero en ese proceso yo hallo una disecación del animal creativo. He abrevado de muchas corrientes no sólo fotográficas sino pictóricas, literarias y musicales.
Mi experiencia en este mundo me ha dado las herramientas para reinterpretarlo, por lo cual puedo andar en la calle y decir: ¡mira, hay un Picasso en la geometría de la basura del vecino! ¡Mira esa escena romántica, me recuerda a Tristán e Isolda! ¡Ve esa sombra, nube, contorno! Todo puede conectarse con el universo humano de las ideas y, por medio de ello, crear un discurso visual, ya sea disruptivo, contemporáneo, surreal, documental, periodístico…
Si algo definiera mi fotografía sería ese aparente choque entre un ser que se piensa como un constante cambio y que usa un medio que, a contrapelo, congela instantes de ese tremebundo y perenne cambio.
5.¿Cuál fue la primera fotografía de la que te sentiste orgulloso?
Obsesionado por la fotografía nocturna viajé al desierto zacatecano buscando cielos estrellados. Acampé unas noches en el Parque Nacional Sierra de Órganos y ahí pude ver por primera vez La Vía Láctea.
Busqué la estrella polar e hice una foto como de media hora de exposición, por primera vez obtuve la danza estelar del cosmos en el visor de mi cámara. Me sentí enormemente feliz con lo que veía en la pantalla. Era, para aquel joven inmerso en la desértica y oscura noche, un momento de extrema alegría.
6.¿Cuál ha sido la situación más difícil que has vivido como fotógrafo?
En una ocasión estuve haciendo un trabajo que me exigía documentar unas calles del Centro Histórico de la Ciudad de México. En una de esas calles habitaba un grupo de jóvenes sin hogar, algunos estaban inhalando resistol; pensaron que les estaba tomando foto a ellos y uno se me acercó. Me preguntaba que qué hacía, me exigía dejarlos en paz. Cada vez se acercaba más a mí y pensé que me soltaría un cabezazo.
Calmé la situación explicándole el motivo del porqué yo estaba allí. Afortunadamente, salí del lugar sin ningún problema. El mundo de las artes en México está lleno de corrupción y nepotismo, comprender eso y no rendirte en el camino de la fotografía es una de las lecciones más duras que un joven debe enfrentar en este país.
Poner en segundo plano los honores y enfocarse en la producción de obra es el antídoto contra muchos de los malos sabores de boca que deja la escena artística en México.
7.¿Cuáles son los principales temas que abordas en tu fotografía?
En solitario me gusta mucho hacer paisaje, foto callejera y conceptual, pero los proyectos en colectivo con brigadas comunitarias o con equipos interdisciplinarios de investigación son, por mucho, mis favoritos. Tienen el don de acercarme a contextos sociales de los que aprendo enormemente.
Creo que una de las maravillas de la fotografía es que te acerca al otro, te ayuda a construir puentes entre mundos distintos de los cuales puedo hacer historias significativas, que busquen un propósito social de cambio, reconocimiento, autoestima. Algunos temas pueden ser: amor, belleza, rareza, calma, personas. La fotografía transforma mi ser.
8.¿Cómo es tu proceso creativo?
Soy una persona que se empapa de las artes en general. Trato de usar mis emociones y mi creatividad para imaginar escenarios y fotografías sobre diversos temas, pero también busco en las calles, rincones y sombras aquellos temas o detalles que me hablen sobre la belleza, identidad, quietud, lo inhabitado.
Creo que el simple hecho de conocer a alguien nuevo me impulsa a pensar en atmósferas distintas o me provoca ver aspectos nuevos sobre el mundo que antes para mí eran invisibles; una vez consciente de eso desconocido, puedo comprenderlo y fotografiarlo.
Como fotógrafo busco incrementar mi conocimiento sobre el mundo para ver más las cosas que me rodean o mezclar ideas para mí nuevas y/o viejas. Incluso al buscar explicaciones sobre mí y mi realidad social es como obtengo conclusiones que puedo llevar a la fotografía. Soledad, amor, tristeza, odio, todas las emociones pueden ser el chispazo para la creación de alguna serie fotográfica.
9.¿Cuáles son los fotógrafos que más te han influido?
Cuando por primera vez vi las fotografías de Ansel Adams, quedé maravillado con la enorme belleza que su obra encarna, ella me marcó profundamente. Los desnudos de Jan Saudek, su fuerza, imaginación, cinismo y claridad me hicieron ver lo vasto que es el mundo de la expresión humana.
Henri-Cartier Bresson es para mí el autor que muestra lo grande que es la fotografía cuando se le concibe como una forma de documentar el mundo buscando los momentos históricos, donde el universo, sincronizado, da efímeros instantes de geometría y eternidad.
Enrique Metinides me mostró que para ser un fotógrafo inmortal no se necesita tener estudios profesionales, sino que lo más importante es estudiar la vida y la muerte en su manifestación emocional y objetiva.
10.¿Qué expresa de tu persona cada serie fotográfica?
Sentimientos, ideas, miedos, deseos, impresiones, errores, aciertos, capacidad de emotividad y creación; mi enorme obsesión con la reapropiación y reinterpretación de esto que comprendemos como realidad sensible.
11.¿Cuál es tu foto favorita?
Mi fotografía favorita es una donde estoy abrazando a mi familia luego de terminar mi examen profesional. Es uno de los momentos más felices en mi vida. La autora es mi querida prima Brenda Eguiluz.
Es una fotografía que veo casi diario. Los recuerdos felices son el antídoto para las malas épocas en la vida humana.
12.¿Cuál ha sido tu reto fotográfico más grande?
Creo que cada proyecto me exige diversas habilidades o conocimientos. Trabajar en una serie es siempre un reto que me pone a trabajar física y mentalmente mucho. Obtener resultados que no te satisfacen es algo difícil de superar.
En el fondo el reto es ver en la pantalla de tu cámara los resultados que quieres y si no, buscar las maneras para obtenerlo. Hay ocasiones en que, por tiempo, locación, etcétera, no vas a poder tener esas imágenes que tanto pensaste y trabajar con el material que no te gusta es un proceso difícil. Seguir y mejorar es un reto que tenemos que superar constantemente. No claudicar.
13.¿Qué posibilidades tiene la fotografía para cambiar algo en el mundo?
La fotografía ha dado una cantidad gigantesca de saberes en nuestro mundo. Cuando abrimos Internet, una revista, cuando salimos a la calle vemos una cantidad enorme de imágenes que nos proporcionan saberes importantísimos.
Sabemos cómo es un ornitorrinco a pesar de que probablemente nunca hayamos conocido uno con nuestros ojos. Sabemos cómo lucen maremotos, las galaxias, culturas lejanas, guerras, flores amazónicas, en fin, todo un universo de imágenes que nos dan saberes que sin la fotografía jamás podríamos obtener. ¿Sabes cómo es la superficie de Marte? Sí, gracias a la cámara fotográfica del Curiosity. ¿Sabes cómo eran tus bisabuelos? Sí, gracias a la fotografía que tus padres tienen en un álbum.
La imagen fotográfica ha cambiado nuestra forma de ver y pensar las cosas. Hay muchos ejemplos de proyectos fotográficos que han cambiado al mundo. Por ejemplo, Ansel Adams logró hacer que Yosemite se declarara un área protegida por medio de sus bellísimas fotografías.
Creo que la pretensión de fotógrafos como James Nachtwey o Sebastián Salgado de registrar los horrores de la guerra es al final de cuentas cambiar esas circunstancias por medio de una crítica feroz hacia el sistema político-económico actual, generando consciencia social a partir de la difusión de documentos fotográficos que muestran claramente lo oscuro de nuestros tiempos.
La fotografía ha cambiado tanto nuestro mundo que ahora ese cambio pasa desapercibido, incluso cuando continúa operando en una forma tremenda y contundente.
14.¿Cómo sería una clase de fotografía ideal?
Un lugar donde los alumnos tengan acceso al laboratorio para hacer foto análoga y también foto digital. En donde se hable de artes en general, se muestren proyectos de fotógrafos de diversas partes del mundo. Que puedas tener acceso a diferentes equipos, métodos de impresión, ópticas, luces, etcétera. Con la posibilidad siempre abierta de imprimir fotolibros y que haya salidas a locaciones interesantes para hacer fotografía. Todo eso de forma g r a t u i t a y con la posibilidad de vender obra.
15.¿Qué consejo le dirías a un joven alumno de fotografía?
Que vea las cosas, sus formas y cómo éstas son iluminadas, que ponga atención en cómo la luz transforma lo que vemos. Que juegue con los sentidos del mundo, que los contraponga, borre y mezcle. Pero lo más importante: que se mire a sí mismo y se ponga en contacto con lo más profundo de su ser y que, desde ahí, comience a reinterpretar y expresar el mundo.
16.¿La fotografía es una herramienta social o una expresión artística?
Puede ser una de las dos, las dos o ninguna de ellas. Si es una de las dos no significa tampoco que una sea mejor que la otra. El problema es encontrarse con la fotografía que no sea ninguna de ambas.
17.¿Cuál es la fotografía que quieres hacer y aún no has podido?
Una donde se vea la mujer que más amo, desnuda sobre una piedra con La Vía Láctea de fondo (la idea me la dio mi querido amigo Rodrigo Villalobos).
18.¿Cuáles son tus tres películas favoritas?
La gran belleza, de Paolo Sorrentino; La haine, de Mathieu Kassovitz, y El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra.
19.¿Cuáles son tus tres escritores favoritos?
Platón, Dostoievski y Roberto Bolaño.
20.¿Cómo te gustaría que te defina tu epitafio?
Como el loco de las barbas prehispánicas.