Trayectoria académica y usos de las Tecnologías de Información y la Comunicación en jóvenes de primer ingreso a la universidad

por: Elizabeth Bautista Flores

Este artículo tiene como objetivo discutir los usos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), por parte de los jóvenes de primer ingreso al nivel superior, donde el eje de estudio fue analizar la trayectoria académica de los estudiantes en una zona de población semiurbana en el noroeste de Chihuahua.

Los resultados que se obtuvieron son que, si bien el uso de las redes sociales es cotidiana y constante, los jóvenes las usan como elementos de entretenimiento, por lo que son consumidores de contenidos y no productores ni críticos de lo que visualizan en un tiempo promedio de cinco horas diarias; ello no siempre es proporcional con las habilidades de búsqueda, selección y análisis de la información que esté direccionada al fortalecimiento de su formación profesional.

Esta fue una investigación cuantitativa de corte descriptivo, que requirió de un cuestionario de 36 preguntas, aplicado en agosto de 2019 a 248 estudiantes (78%), de la población de estudio. Para el proceso de análisis y sistematización se utilizó el software SPSS.

Planteamiento del problema

El análisis del primer año de ingreso al nivel de educación superior en México debe cobrar interés por parte de los investigadores, ya que es un periodo que implica el desapego de una cotidianidad ya establecida, y la pérdida de amistades al cerrar el ciclo de bachillerato; eso genera tensión por incorporarse a un nuevo modelo educativo y, en algunos casos, el cambio de residencia.

Los jóvenes que ingresan al nivel superior provienen de escuelas con diferentes escalas de aprendizaje, porque si bien algunos tuvieron una estructura clara de enseñanza con horarios fijos, profesores y laboratorios, o talleres donde practicar y poner a prueba sus conocimientos, otros provienen de escuelas de modelos educativos a distancia (telebachillerato), con presencia docente poco regular y sin acceso a bibliotecas o fuentes de información confiables.

Así, se vuelve relevante conocer cuáles son los usos que los estudiantes de recién ingreso hacen de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y con ello comprender las habilidades que muestran en relación con el manejo de estas herramientas, así como las capacidades para seleccionar información, clasificarla, sistematizarla y generar su propia información o contenidos refiriendo correctamente las fuentes.

En ese sentido, la educación se mantiene como el punto clave para que los jóvenes incorporen en sus aprendizajes no sólo el sentido crítico necesario de los estudiantes promedio sino también la exploración de los múltiples sitios, espacios, y software que pueden contribuir a su formación profesional para comprender la manera en la que funcionan los sistemas digitales en la red del Internet; por tanto, los profesores son de suma importancia para generar mayores impactos en la curiosidad natural de los estudiantes (Villareal, 2018).

Antes de continuar, es necesario describir el caso de estudio. Anualmente ingresan a la División Multidisciplinaria de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en Nuevo Casas Grandes (DM-NCG), Chihuahua, alrededor de 350 jóvenes entre los 18 años en promedio (65%), aunque cada vez son más los que llegan con apenas 17 años (28%) y pocos son los que rebasan los 28 años, casados y/o con hijos. La mayoría de los jóvenes son hijos de familia, sin empleo ni actividades extraescolares. Casi 60% de los jóvenes son de Nuevo Casas Grandes y el resto proviene de otros nueve municipios cercanos que, por lo general, se dedican a actividades primarias.

La mayor parte de la población son mujeres, inscritas en carreras como Educación, Trabajo social, Psicología, Nutrición y Enfermería, profesiones consideradas culturalmente adecuadas para las jóvenes, mientras que los hombres van por opciones como la Ingeniería en Agronegocios, Administración y Mercadotecnia. Cabe mencionar que, en el primer año, un 30% de la población aceptada en el ciclo agosto-diciembre, abandona los estudios universitarios por diferentes motivos. Algunos solicitan un cambio de carrera, dentro de la misma DM-NCG, y otros sí deja la UACJ, ya sea porque prefiere ir ciudades como Chihuahua o Juárez; pocos son los que deciden abandonar los estudios.

Marco teórico

 

Para abordar las trayectorias académicas de los estudiantes jóvenes que ingresan al nivel superior, es necesario reflexionar sobre la relación entre las autoridades educativas, los profesores y los estudiantes. Los jóvenes pertenecen a diferentes etnias, religiones y situaciones socioculturales (Monclús y Sabás, 2012), y no siempre tienen las mismas oportunidades para desarrollar sus habilidades en el uso de las TIC, que permitan la incorporación a sistemas de interacción comunicativa para la creación de conocimientos con contenidos claros, significados precisos y orden en beneficio del usuario y, por supuesto, de la comunidad.

Para algunos autores (Tello Leal, 2014; Barroso Jerez, 2013), tener acceso a las tic no es suficiente, porque para que exista una sociedad del conocimiento es necesario que el sentido crítico de los usuarios les permita utilizar de manera eficiente los recursos y las herramientas digitales, tales como software, buscadores, plataformas virtuales, redes sociales, etcétera (González, Leixa y Espuny, 2016).

Según Martín-Moreno (2004), las redes sociales son un recurso óptimo para alcanzar el aprendizaje del alumnado, ya que permiten trabajar de manera colaborativa, lo que sin duda aumenta la motivación por aprender; favorecen un mayor rendimiento académico, dado que se produce una realimentación entre el aprendizaje individual y grupal; mejoran la retención de lo aprendido; potencian el pensamiento crítico, y multiplican la diversidad de conocimientos y experiencias adquiridas.

Es común que se mencione que la responsabilidad del uso de las redes sociales sea del alumnado, pero debemos preguntarnos, ¿qué hacen los profesores para incentivar la formación de grupos virtuales y el uso de las herramientas antes mencionadas? Así, García Sans (2008) afirma que el profesorado universitario juzga sencillo trabajar en las redes sociales, pero considera difícil usarlas para coordinar los equipos de trabajo o estimular al alumnado de forma provechosa.

Por ejemplo, las sociedades industrializadas muestran una diferencia de aquellas que aún no alcanzan un mayor desarrollo y carecen de conectividad, ya sea por cuestiones geográficas, económicas o culturales. De esta forma, el uso y consumo de medios de comunicación también son diferenciales; es decir, en las sociedades industrializadas se tiende a usar más el Internet y cuentan con computadora, impresora y escáner, mientras que en los países no desarrollados se tiene y consume con mayor frecuencia el televisor (Tello Leal, 2014). En ese sentido, puede comprenderse la diferencia en cuestiones de acceso tecnológico, porque para unos la diversidad de usos que se tienen con el Internet e, incluso las redes sociales, son amplios y más complejos, pero para otros se reduce el espectro al entretenimiento y la distracción.

Método

Para la obtención de los datos se diseñó un cuestionario de 36 preguntas, dividido en cuatro apartados principales. El primero sobre la trayectoria académica, donde se interroga, por ejemplo, sobre el promedio, las asignaturas cursadas o el programa académico; la segunda parte refiere a la familia, la salud, los ingresos económicos y gastos; en la tercera son preguntas sobre el uso de herramientas digitales, y usos y consumo de contenidos en el Internet; por último, se añaden cuestionamientos sobre el tiempo libre y descanso.

Para la aplicación se organizaron cuatro sesiones programadas en el auditorio principal, el 17 de agosto 2019, en un evento denominado Te vamos a sorprender, la tutoría como una llave para trascender las posibilidades. A ella acudieron estudiantes del primer semestre de los ocho programas académicos. La muestra equivale a 95% de confianza, porque de 320 estudiantes inscritos sólo participaron 248, de quienes 95 eran hombres (38%) y el resto mujeres (62%). Para este artículo se tomaron como variables el género, la edad, el acceso al Internet y lugar de origen.

Resultados y discusión

Los estudiantes de primer ingreso a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), en el campus de Nuevo Casas Grandes, tienen un perfil particular, debido a factores como la cercanía de la frontera con Estados Unidos, y las actividades semirrurales y de producción en el sector primario.

La mayoría de los jóvenes proviene de una trayectoria académica continua, con promedio de aprovechamiento entre 7.6 y 8.5 (40%), mientras que 23% tiene de 8.6 a 9.0. Esto indica que tienen cierto conocimiento y hábitos de estudios regulares que les permitirán continuar en el nivel superior, ya que 95% de los estudiantes provienen de escuelas públicas, entre las que se encuentra el telebachillerato (5%).

Gráfica 1. Manejo de software

Fuente: elaboración propia (2019).

En cuanto al acceso a la red de internet en casa, se obtuvo que 63.3% cuenta con el servicio, siendo las mujeres quienes sí tienen equipo de cómputo en casa para realizar sus tareas o deberes escolares. En esa misma proporción, los jóvenes respondieron que saben manejar software, como la paquetería de Microsoft Office (62%), si bien no mencionaron el software en sí sino programas como Word, Power Point o Excel, y es posiblemente que lo aprendieron a lo largo de su historia escolar. Menos de 2% indicó que manejan programas correspondientes a Diseño (Canva, programas de Adobe) y el resto no contestó la pregunta (36%).

Además, cuentan con dispositivos personales, como teléfonos móviles e inteligentes, y pocos son aquellos que invierten dos horas o menos. Los usos cotidianos son para revisar las redes sociales, principalmente Facebook, Instragram y Whatsapp, que son los que les permiten interaccionar con otros o replicar en la red. Además, los jóvenes usan las aplicaciones más para consultar, publicar y seguir a otros, que difundir elementos formativos derivados de las herramientas digitales.

En este sentido, es importante agregar que tienen un tiempo de cinco horas diarias, entre los que destaca el consumo audiovisual, aunque puede afirmarse que dicho consumo se dirige más a las series y películas en televisión que provienen de sistemas de pago vía Internet, como Netflix, Clarovideo u otra plataforma de streaming. Pocos usan YouTube.

Además, optan por contenidos donde los videos tienen pocos minutos de duración (33%); le siguen las series, que tienen varias temporadas, con un promedio de 10 a 15 capítulos y con una duración de 50 minutos a una hora (12%). A esto se añade que muchos estudiantes mencionaron que esas series ameritan “un maratón”; es decir, tratan de ver toda la temporada en un solo día, un fin de semana o un periodo vacacional, porque puede considerarse que no tienen empleo y la mayor parte del tiempo la dedican a estar en casa (véase gráfica 2).

A la visualización le siguen los memes (10%), que son imágenes a las que se le incorporan leyendas diferentes como forma irónica y burlesca de un tema en particular y de actualidad efímera, ya que en cuestión de tiempo serán sustituidos por otros que generen polémica. Continúan las películas, que pueden hacer diferencias, ya que no corresponden igual a las plataformas digitales o bien las proyectadas en cines. A esto se añade el seguir a los influencer, que son líderes de opinión que marcan tendencia de diferentes tipos, como la moda, los deportes y espectáculos (7%); después se ubicaron la música, los deportes y las noticias, que en conjunto apenas alcanzaron 13%.

Gráfica 2. Consumo de contenidos de redes sociales

Fuente: elaboración propia (2019).

Conclusiones

Con base en lo expuesto se pueden establecer cuatro puntos principales, a manera de conclusiones. El primero refiere a los estudiantes, quienes si bien tienen conocimiento del funcionamiento y alcance de las herramientas tecnológicas, debe estimularse con mayor profundidad el uso científico y de impacto en su profesión, para que su comprensión sea en dos sentidos, uno para desarrollar su sentido crítico y analítico al momento de buscar información y, por otro lado, puedan ser productores de contenidos donde logren exponer sus ideas, ya sea de manera argumentativa o descriptiva, propia de un estudiante de licenciatura.

Un segundo punto involucra a los estudiantes y profesores, porque deberá incentivar el uso de las herramientas digitales con que ya cuenta la institución académica, como el Aula Virtual, para propiciar actividades formativas con el cometido de disminuir la brecha digital entre los jóvenes, ya que hay quienes no tienen acceso a la conectividad necesaria desde sus hogares, principalmente porque algunos provienen de zonas rurales donde tuvieron poco contacto con las herramientas digitales y derivado de varios ejercicios en clase fue evidente la poca familiaridad con los menús y submenús de la paquetería de Microsoft en los tres principales software. De esta manera se afirma que los estudiantes carecen de la actitud para canalizar su uso hacia fines académicos y científicos, quizá hace falta impulsar a los profesores para motivar, a través de diferentes estrategias, a que utilicen métodos para que materialicen sus potencialidades con fines académicos y así vencer esa clara resistencia actitudinal.

El tercer elemento es la actualización constante de los profesores que impartirán clases a los estudiantes de primer semestre. Por último, el cuarto elemento se enfoca en estimular y direccionar estas habilidades con estrategias eficaces para que los jóvenes logren una producción de mensajes multidireccionales con contenidos de mayor calidad y significado, de esa forma se podría impulsar la apropiación de las tecnologías de la información y la comunicación con beneficios no sólo personales, sino incluso de sus comunidades.

ReFERENCIAS

  • Barroso Jerez, C. (2013). Sociedad del Conocimiento y Entorno Digital. Teoría de la Educación. En Educación y Cultura en la Sociedad de la Información, 14(3). En: http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=201029582004 (consultado el 16 de noviembre de 2019).
  • García Sans, A. (2009). Las Redes Sociales como Herramientas para el Aprendizaje Colaborativo. En Revista RE Presentaciones Periodismo, Comunicación y Sociedad. 5, 48-63. Escuela de Periodismo Universidad de Santiago. En: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3129947 (consultado el 16 de noviembre de 2019).
  • González Martínez, J., M. Lleixà Fortuño y C. Espuny Vidal. (2016). Las redes sociales y la educación superior: las actitudes de los estudiantes universitarios hacia el uso educativo de las redes sociales, de nuevo a examen. En Education in the Knowledge Society, 17(2), 21-38. En: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=5355/535554762003 (consultado el 16 de enero de 2020).
  • Martín-Moreno, Q. (2004). Aprendizaje colaborativo y redes de conocimiento. En Actas de las IX Jornadas Andaluzas de Organización y Dirección de Instituciones Educativas. Granada: Grupo Editorial Universitario. Pp. 55-70.
  • Monclús, A. y C. Sabás. (2012). La inclusión, la desigualdad y la brecha digital, como problemas y retos para las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación. En Revista Iberoamericana de Educación. 60/2, 15 de octubre. Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI-CAEU). En: https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=9&ved=2ahUKEwjS4Nmyn6LkAhVIiqwKHUZ6CoMQFjAIegQIBxAC&url=https%3A%2F%2Frieoei.org%2Fhistorico%2Fdeloslectores%2F5559Monclus.pdf&usg=AOvVaw1QHN4yMpeiuHwmCKHDz-BW (consultado el 11 de octubre de 2019).
  • Tello-Leal, E. (2014). La brecha digital: índices de desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en México. En Ciencias de la Información, 45(1). En: https://www.redalyc.org/pdf/1814/181431233006.pdf (consultado el 16 de noviembre de 2019).
  • Villarreal Peralta, E. M. (2018). Endogeneidad de los rendimientos educativos en México. En Perfiles Latinoamericanos. 26/51, 265-299. En: http://www.scielo.org.mx/pdf/perlat/v26n51/0188-7653-perlat-26-51-265.pdf (consultado el 10 de octubre de 2019).

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