Cuando la ficción supera a la realidad
Alan Montalvo Pantoja
En esta edición de Mediaciones hablamos de un tema por demás interesante, “la comunicación en tiempos de la Covid-19”, para seguir con esta línea, me di a la tarea de buscar una película que pudiera ilustrarlo de la mejor manera y, claro, fuera de gran interés para recomendarla.
Así fue que me encontré con la cinta Contagion (Contagio), de Steven Soderbergh (Estados Unidos, 2011), estrenada en México en octubre de 2011 y que, viéndola hoy, parecería un reflejo de nuestra realidad actual.
Dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por una lista de actores y actrices de trayectoria hollywoodense, como Gwyneth Paltrow, Matt Damon, Kate Winslet, Marion Cotillard, Jude Law, Laurence Fishburne y Bryan Cranston, nos narra cómo la población mundial entra en caos por un virus que se contagia vía respiratoria y puede causar la muerte de un ser humano en cuestión de días, teniendo síntomas previos: dolor de cabeza, fiebre alta, tos y convulsiones. ¿Te parece familiar? Pues sí, este largometraje nos remite directamente a la pandemia a la que enfrentamos, y lo más curioso es pensar que este filme fue realizado 10 años atrás.
Contagion presenta a Beth Emhoff (Gwyneth Paltrow), una mujer que hace un viaje de negocios a Hong Kong, China, donde convive con varias personas en un casino y está a un día de regresar a Estados Unidos para encontrarse con su familia en Minneapolis; sin embargo, antes de llegar a casa, decide hacer una escala en Chicago para convivir con su amante.
A un día de haber llegado a su hogar y convivido con su marido Mitch Emhoff (Matt Damon) y su hijo Clark, de cinco años, Beth presenta ciertos síntomas que parecen una gripe común, contagiando a su hijo; horas después de los primeros síntomas, una convulsión hace que Mitch la lleve al hospital donde muere sin tener una causa médica.
De regreso a casa y consternado por lo acontecido con su esposa, Mitch se percata de que su hijastro Clark ha fallecido de la misma causa que su madre. Desorientado por la muerte de su familia en un solo día y sin saber qué lo originó, los doctores deciden tenerlo en observación para descartar el contagio, descubriendo que es inmune al virus.
Así como el caso de Beth y su hijo de cinco años, otros fallecimientos a lo largo del país y en China hacen que el Departamento de Seguridad Nacional y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades se reúnan para alertar a la población sobre el virus, sus síntomas y las consecuencias, decretando toque de queda a nivel mundial, porque las cifras de contagio son 1 de 12.
El desglose narrativo nos va mostrando cómo es la evolución del virus a nivel mundial, cómo se contagia y cómo es el proceso de búsqueda de la vacuna que podría salvar millones de vidas, sin dejar de lado las historias personales de nuestros protagonistas, sus pérdidas y conflictos que enfrentan a lo largo de la trama; sin embargo, hay un tema que resalta de toda esta construcción, la forma en que la comunicación y el miedo, combinadas, pueden convertirse en armas mortales y de manipulación.
Sobra decir que en la vida real con la pandemia por la Covid-19, hemos enfrentado nuevas formas de comunicarnos, desde adentrarnos en el manejo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), hasta convertirnos en grandes eruditos del funcionamiento de estas tecnologías y herramientas, pero no podemos dejar de lado que, con el devenir de información y la creación de contenido indiscriminadamente, nos volvemos susceptibles y nos exponemos a caer en información falsa o tendenciosa, porque no hay filtros para discernir entre lo que es real y ficción. Regresando a Contagion, Alan Krumwiede (Jade Law), un periodista independiente con una plataforma digital con más de 10,000 usuarios, utiliza esta herramienta para “informar” a sus seguidores sobre lo que acontece ante este nuevo virus denominado MEV-1, convirtiéndose en una fuente de información inmediata.
Jugando con el poder que le confiere ser la voz de miles de personas, Krumwiede comienza a esparcir la noticia de haber encontrado el antídoto para el virus MEV-1, una terapia natural llamada Forsithya que aplicó en sí mismo cuando estuvo contagiado del virus, con esa premisa deja saber que el virus es una manipulación del gobierno y de las farmacéuticas para hacerse de millones de dólares con la venta de la cura.
Esta nueva revelación genera caos en la sociedad, ya que los ciudadanos comienzan el desabasto de ese antídoto de las farmacias y centros comerciales, además de crear desconfianza sobre el verdadero antídoto que se ha descubierto desde el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades. Poco después, Krumwiede es arrestado por conspiración y fraude, porque en realidad nunca se contagió del MEV-1. Aunque queda en libertad por pagar su fianza, su reputación y credibilidad se pierden completamente; sin embargo, el daño que generó en la sociedad fue irreparable.
A la par de esto, después de 26 millones de personas muertas por contagio a nivel mundial, la vacuna es aprobada para aplicarse en la población, siendo el personal médico y algunos funcionarios los primeros en ser inmunizados, al resto de la población se le aplicará con base en su fecha de nacimiento. Sólo hasta la escena final de Contagion se nos revela el origen del virus: en una zona rural de China, donde se dedican a la crianza de cerdos para consumo humano, uno de esos lechones come un fruto roído por un murciélago. Este lechón es trasladado a un restaurante de un casino en Hong Kong, donde el chef lo prepara para ser deleitado por sus comensales. Después de manipular la carne del cerdo y sin limpiarse las manos, es llamado por una turista que pide una fotografía del chef del lugar. Ahí es donde Beth Emhoff toma la mano de este personaje y se convierte en la portadora cero del MEV-1.
No cabe duda que a veces la ficción puede superar a la realidad en muchos sentidos y es impresionante el parecido que notamos en esta película con lo que estamos viviendo desde hace más de un año; pero Contagion no es más que una película en la que nos muestran una pequeña posibilidad de lo que una pandemia podría ocasionar.
La comunicación siempre tomará un papel preponderante en todos nuestros contextos históricos y sociales, así que el deber de cada uno de nosotros es saber diferenciar y discernir toda información que llega a nuestras manos, también depende de nosotros el cómo aprovechar todas las herramientas de comunicación a las que tenemos acceso, porque pueden convertirse en nuestras mejores aliadas o nuestros peores enemigos.
Como dato curioso, y que dejo para la reflexión, el director Steven Soderbergh se asesoró del epidemiólogo estadounidense Ian Lipkin, en 2008, para la realización de Contagion.