Espacios de estudio, conectividad y familia de jóvenes universitarios en el periodo de la pandemia por Covid-19

 Elizabeth Bautista Flores

Oscar Sánchez Carlos

Resumen

El objetivo del presente artículo es reflexionar sobre las condiciones en que los estudiantes universitarios continuaron con las actividades académicas a distancia, debido a la pandemia generada por la Covid-19 y, con ello, saber si han logrado trascender a sus necesidades académicas, a través de tres elementos fundamentales, que son: la familia, la institución universitaria y el acceso a la tecnología.

Para esto, se brinda información obtenida en diferentes momentos, pero a partir de un cuestionario cuantitativo aplicado en mayo de 2021, a 313 estudiantes de 5 programas académicos diferentes de la División Multidisciplinaria de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en Nuevo Casas Grandes. Ésta es una investigación descriptiva de corte cuantitativo; los resultados muestran que los jóvenes universitarios han logrado mantener presencia en actividades escolares, a pesar de las limitaciones tecnológicas, institucionales y adaptándose a las condiciones espaciales en casa, donde también enfrentaron las necesidades familiares y laborales.

Introducción

Si bien desde 2013 se comenzó con el tema de las trayectorias escolares y la vocación profesional en estudiantes del nivel medio superior, en una región semiurbana, como es el noroeste de Chihuahua, con el avance de la investigación se identificaron nuevas líneas de interés que incluyeron el ingreso al nivel superior, las experiencias de los jóvenes al convertirse en universitarios y las redes de confianza, en particular cuando algunos estudiantes deben dejar su comunidad para continuar con sus estudios. 

En resultados anteriores (Bautista, Hernández y Sánchez, 2020), se logró identificar el tipo de redes de confianza y apoyo que tienen los estudiantes de la División Multidisciplinaria de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua (DMNCG), por lo que fue claro el soporte que brinda la familia, pero en particular, la madre, porque en su compañía el joven toma las decisiones más sensibles e importantes para su futuro; le siguen los amigos, luego la pareja, en caso de tener una relación estable y, por último, los profesores.

El presente artículo tiene como objetivo reflexionar cómo los estudiantes han continuado, en más de un año o dos semestres y medio, con las actividades académicas, a causa de la pandemia generada por la Covid-19 y, con ello, saber si han logrado trascender las dificultades, a partir de tres elementos clave que son la familia, la institución educativa y el acceso tecnológico.

En este sentido, es importante aclarar que la región noroeste de Chihuahua se compone de nueve municipios de diferentes extensiones y economías, como son Ascensión, Buenaventura, Casas Grandes, Galeana, Janos, Madera, Namiquipa, Zaragoza y la ciudad es Nuevo Casas Grandes, donde se concentran los principales servicios. En conjunto, suman una población de alrededor de cien mil habitantes y, a 266 kilómetros, aproximadamente, está Chihuahua, la capital del estado, y a 258 kilómetros, Ciudad Juárez. 

En Nuevo Casas Grandes se concentra el grueso de la población estudiantil que no logra viajar a las grandes ciudades por factores económicos; en ese sentido, la familia es uno de los pilares en que se apoya el estudiante para enfrentar el proceso de ingreso a la educación superior, que va desde la elección profesional, la institución educativa, el horario y las opciones extraescolares. Por ello es importante considerar los espacios donde tomaron las clases, las actividades laborales en que se insertaron y el acceso a la tecnología que tuvieron para continuar con esa cotidianidad, que ya de por sí fue modificada, porque el hogar se convirtió en la nueva aula escolar y espacio de aprendizaje; sin embargo, las condiciones no fueron igualitarias para todos. 

En esta investigación, de tipo descriptiva y de corte cuantitativo, se muestran los resultados de un cuestionario aplicado el mes de mayo de 2021, a 313 estudiantes de cinco programas académicos diferentes, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), donde se recuperan algunas de las situaciones de acceso tecnológico, uso de las herramientas digitales y relaciones familiares, por las que han atravesado los estudiantes durante las actividades escolares en el periodo de pandemia, a partir de la propuesta de Brunner y Elacqua (2009), quienes analizan los factores que influyen en la educación de los jóvenes de diferentes países, y destacan la influencia de tres elementos, como son: la familia/hogar, comunidad e institución educativa.

Marco teórico

El regreso de los jóvenes a su hogar debido a la Covid-19, presionó a los universitarios, ya que se entiende que en el seno familiar se generan las condiciones favorables para su desarrollo, socialización y comunicación, a través de valores positivos; según Almeida García (2020), en el hogar se aprenden actitudes que ayudan a los jóvenes a desenvolverse en diferentes ámbitos.

En estos últimos 15 meses, se vivió una serie de sucesos que llevaron a las familias de los estudiantes a tomar decisiones para tratar de continuar con la cotidianidad en un tiempo de transformación (Ordorika, 2020; Contreras, Espejel y Flores, 2020). En su mayoría, permanecieron activos en los ciclos escolares a pesar de complicaciones tecnológicas, que fue evidente y rápidamente mostró las desigualdades entre los estudiantes (Durán Carbajal, 2020, p. 3).

La situación generada es particularmente preocupante respecto de los estudiantes más vulnerables que ingresaron a la educación superior en condiciones más frágiles. Una disrupción en el entorno como la que está produciendo esta crisis puede convertir esa fragilidad en abandono aumentando, así, una vez más, la exclusión a la que da lugar la inequidad que caracteriza el ingreso a la educación superior en la región (Unesco, 2020, p. 16).

Mas las desigualdades fueron más allá de la cuestión tecnológica, porque al confinarse en el hogar, se mostraron las desigualdades étnicas, de género, clase social e, incluso, la geográfica (Unesco, 2020; Schmelkes, 2020; Sapién Aguilar et al., 2020). De ahí la importancia, para los jóvenes, de continuar con su proceso educativo, a pesar de las tensiones en su hogar y las inconsistencias que, entre marzo y mayo de 2020, tuvieron por parte de la institución universitaria o desde la ubicación de su comunidad de origen.

La oferta de educación superior se encuentra claramente concentrada geográficamente, y representa también, como en la generalidad de los países, una oferta ubicada mayoritariamente en las ciudades medianas y grandes (Schmelkes, 2020).

Según Brunner y Elacqua (2009), el rendimiento escolar en los estudiantes puede entenderse a partir de tres elementos importantes, que son: la institución a la que ingresa, el impacto de la comunidad y, por supuesto, el hogar/familia. La influencia será tanto positiva como negativa. Esta relación tiene mayor relevancia cuando los países son pobres o ricos, porque mientras más riqueza tenga, mayor influencia tendrá la familia, ya que se considera es parte de un estilo de vida: condiciones del hogar, organización familiar y clima afectivo, por mencionar algunos.

En el caso de un país pobre, la mayor influencia en el rendimiento escolar se ubica en la escuela, que es el lugar donde los estudiantes tienen un espacio de desarrollo, ya que “la evidencia sigue mostrando que cuando hay más pobreza la escuela sigue teniendo mayor relevancia” (Brunner y Elacqua, 2009, p. 3). De ahí la importancia de que las instituciones educativas universitarias logren ser ese espacio abierto y plural para los y las jóvenes.

Método

El instrumento utilizado se diseñó en la aplicación Forms (cuestionario digital de Microsoft) y se distribuyó a los estudiantes vía WhatsApp. Se eligió un muestreo probabilístico sistemático (López, 2004), con base en la población estudiantil de 1100 inscritos y una elección aleatoria de los cinco programas de pregrado; los coordinadores se encargaron de distribuirlos con los docentes. Para un nivel de confianza de 95% (Z= 1.96), se obtuvo a N= 285; sin embargo, se alcanzaron 313 participaciones, de las cuales 36% fueron hombres y 64% mujeres. El cuestionario se dividió en tres partes, con un total de 69 reactivos. Inicialmente se encuentran 29 preguntas de opción múltiple, comenzando por demográficas, como sexo, edad, municipio de residencia, estado civil y empleo; el programa académico, y espacio de estudio; la segunda parte constó de preguntas con escala de Likert, primero, con una escala de Pésimo a Excelente, cuestiones sobre las clases, los profesores, las evaluaciones; siguió la calidad de los dispositivos digitales; con una escala de “Desacuerdo” hasta el “De acuerdo”, se preguntó sobre la experiencia de las clases en línea. Por último, la tercera parte consta de dos preguntas abiertas, la primera solicita escribir las primeras 5 palabras al pensar en “educación a distancia”, y la segunda, pregunta sobre el mayor reto que se enfrentó durante el actual periodo escolar para continuar con el semestre. 

Cabe indicar que, debido a la departamentalización de la UACJ, los grupos son multidisciplinarios y se obtuvieron las siguientes proporciones: Licenciaturas de Educación (28%), Psicología (26%), Mercadotecnia (12%) y Administración (6%), porque pertenecen a las áreas económico-administrativas del Instituto de Ciencias Sociales y Administración (ICSA), mientras que la Ingeniería en Agronegocios (27%), está adscrita al Instituto de Ingeniería y Tecnología (IIT). El cuestionario se aplicó del 25 al 28 de mayo de 2021, que fue la última semana del ciclo escolar. Para la sistematización de la información se utilizó el programa SPSS 21. La medida de adecuación muestral de KMO fue de .771.

Discusión y resultados

Antes de exponer los resultados obtenidos en la encuesta mencionada, es importante explicar que, entre mayo de 2020 y mayo de 2021, se puede documentar cómo los estudiantes atraviesan un nivel de cansancio, porque en ejercicios anteriores no era común que respondieran con porcentaje tan elevado, 20% en mayo de 2020; sin embargo, en esta ocasión De acuerdo alcanzó 72%, y Algo de acuerdo, 20%; lo mismo ocurrió con la pregunta: extraño las clases presenciales y a sus amigos y compañeros de escuela.

En ese sentido, algunos consideran que su salud, tanto física como mental, se ha perjudicado durante la pandemia, por lo que incluso consideran ha disminuido su nivel de aprendizaje, aunque reconocen han mejorado en la administración de su tiempo y actividades escolares, en especial porque los docentes ya no asignan demasiadas tareas y han mejorado el uso de las herramientas digitales, al concentrarse en la plataforma de Teams y aplicaciones de Microsoft 365.

Los espacios y la familia

Los estudiantes mencionaron que su familia está integrada, además de él/ella, por dos personas más, 21%; con tres personas, 25%; cuatro personas (30%); cinco personas, 17%, y con más de seis personas, sólo 7%. De esta forma puede comprenderse que el uso de conectividad sea necesario para realizar trabajo en casa o escolares.

A la respuesta de si cuentan con un espacio especial para sus actividades académicas, 50% de los encuestados mencionaron que sí lo tienen, y 61% mencionaron que debieron acostumbrarse a las nuevas condiciones en los espacios de la casa, mientras que un poco sí logró acondicionar un espacio propio (16%); el lugar más frecuente fue la habitación (69%), seguido del comedor (14%), la sala (10%) y cocina (7%); es común que el espacio sea individual (65%) y muy pocos lo comparten (35%); éstos últimos lo hacen con sus hermanos o la familia, principalmente. 

En opinión de los jóvenes, el lugar de estudio lo consideran “Bueno” (41%) y “Ni bueno ni malo” (32%); un pequeño grupo lo evaluó como “Excelente” (12%) y el resto se ubicó entre “Malo” y “Pésimo” (7 y 8%, respectivamente).

El empleo

En este periodo, 45% los estudiantes dedicaron más tiempo a actividades laborales, donde 22% está en un horario de tiempo completo, mientras que otro 9% tiene un horario de medio tiempo, y un mismo número no tiene un horario fijo o, como ellos mismos lo llaman: “quebrado” (10%), y el resto es en fines de semana o no contestó (60%); el cargo que ocupan es empleado (40%); la mayoría desconoce el cargo (56%), y el resto indicó coordinador o gerente (4%). Esta es una contradicción que se ha generado con la pandemia, porque los estudiantes han ordenado sus actividades en función de tomar clases a distancia, mientras se ocupan, de manera simultánea, en otras actividades, como el empleo o la atención en el hogar.

Conectividad y tecnología

En cuanto al acceso tecnológico, 61% de los estudiantes mencionaron que sí tuvieron problemas para continuar sus estudios universitarios. El problema principal fue dar continuidad a sus actividades escolares por la conectividad o de red de Wifi, ya que los servicios de diferentes empresas, en ocasiones, son de baja calidad, además de que en la región noroeste de Chihuahua, algunas regiones de los municipios como Galeana, Madera y Zaragoza, carecen de cobertura telefónica. Una segunda problemática fue contar con un equipo de cómputo adecuado, porque se destaca que 39% de los estudiantes usaron un teléfono inteligente (smartphone), ya que la mayoría tiene una computadora (60%), y el resto indicó “otra”.

Conclusiones

Luego de lo expuesto, se puede afirmar que, de marzo de 2020 a la fecha, los jóvenes universitarios en la DMNCG han logrado mantener su permanencia académica, a pesar de las limitaciones tecnológicas e institucionales, y con el paso del tiempo lograron adaptarse a nuevas actividades, habilidades y crear su propio espacio para estudiar en casa, donde también enfrentaron distracciones propias de las necesidades familiares y laborales.

Así, las precepciones de los estudiantes son muestra clara de las expectativas que tienen por regresar a la universidad, no sólo porque requieren continuar con su aprendizaje sino porque la universidad es un espacio donde ellos fortalecen su identidad universitaria, y las formas de convivencia con sus amigos de diferentes lugares; respecto a la cuestión tecnológica, el acudir a la DMNCG también permite elevar la calidad de la conectividad y el uso de más herramientas digitales que sus hogares no les brindan, además de percibir mayor seguridad en su formación profesional, dado que un gran parte de su educación ha sido presencial. En cuanto a la institución, es importante mencionar las dificultades de dar una capacitación efectiva y eficiente a docentes, para aprender a administrar las actividades y tareas a estudiantes, con el fin de mejorar la experiencia de estudiar a distancia y con plataformas digitales.

ReFERENCIAS

Almeida García, J. (2020). Una revisión teórica sobre la familia como precursora del ciberacoso en sus hijos. Mediaciones, (1). En: http://rwj.pgm.mybluehost.me/mediacionescch.com/2020/08/una-revision-teorica-sobre-la-familia-como-precursora-de-ciberacoso-en-sus-hijos/

Bautista Flores, E., Hernández Santiago, J. y Sánchez Carlos, O. (2020). Factores de permanencia en el primer año de ingreso de estudiantes universitarios. En Navarrete, Z., Martínez, J. y Soto, J. (coord.), Educación Superior en Prospectiva. México: Plaza y Valdés/UABC/SMEC. En: https://bit.ly/3oCJneE

Brunner, J. y Elacqua, G. (2009). Factores que inciden en una educación efectiva. Evidencia Internacional. (139). En: https://docplayer.es/15672551-Factores-que-inciden-en-una-educacion-efectiva-evidencia-internacional.html

Contreras Islas, D. S., Espejel Alejandro, D. M. y Flores Rojas, R. (2020). Educación superior en México, COVID-19 y la respuesta emergente: el caso de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. Revista Ciencias y Humanidades, 11(11), 91-122. En: https://revistacienciasyhumanidades.com/index.php/home/article/view/160

Durán Carbajal, R. (2020). Educación superior y hermenéutica en la pandemia del Covid 19 en México. Revista de Identidad Universitaria, 1(9), 3. En: https://revistaidentidad.uaemex.mx/article/view/14750

Ordorika, I. (27 de noviembre 2020). Pandemia y educación superior. Revista de la educación superior, 49(194), 1-8. En: https://doi.org/10.36857/resu.2020.194.1120

Sapién Aguilar, A. L., Piñón Howlet, L. C., Gutiérrez-Diez, M. C. y Bordas Beltrán, J. L. (2020). La educación superior durante la contingencia sanitaria COVID-19: Uso de las TIC como herramientas de aprendizaje. Caso de estudio: alumnos de la Facultad de Contaduría y Administración. Revista Latina de Comunicación Social, 78, 309-328. En: https://www.doi.org/10.4185/RLCS-2020-1479 

Schmelkes, S. (octubre diciembre 2020). La educación superior ante la pandemia de la COVID-19: el caso de México. Universidades, 86. En: https://doi.org/10.36888/udual.universidades.2020.86.407

Unesco. (13 de mayo 2020). El COVID 19 y la educación superior. De los efectos inmediatos al día después. Análisis de impactos, respuestas políticas y recomendaciones. En: http://www.iesalc.unesco.org/wp-content/uploads/2020/05/COVID-19-ES-130520.pdf

Pin It on Pinterest

Shares
Share This