Lenguaje incluyente y docencia

Xochithl Guadalupe Rangel Romero

El lenguaje permite a las personas comunicarse y, sobre todo, dotar al mundo de una expresión significativa igualitaria. Lo anterior, necesariamente implica que el lenguaje le condescienda al ser humano, visibilizarse con otras personas y establecer relaciones sociales que le permitan satisfacer sus necesidades.

Los docentes requieren plantearse cómo usan el lenguaje, lo anterior no es menos importante, dado que necesitan entender y comprender cómo se dirigen a sus educandos. Por lo cual, se requiere puntualizar que el lenguaje es una herramienta que puede usarse para discriminar a otra persona o, bien, para ejercer violencia.

El lenguaje: significado

El Consejo para Prevenir la Discriminación en la Ciudad de México (Conapred, 2017, pág. 6) señala:

El lenguaje no es una creación arbitraria de la mente humana, sino un producto social e histórico que influye en nuestra percepción de la realidad. Al transmitir socialmente las experiencias acumuladas de generaciones anteriores, el lenguaje condiciona nuestro pensamiento y determina nuestra visión del mundo.

De lo anterior resalta que el lenguaje le dota al ser humano no sólo una apreciación simple del mundo que lo rodea, sino que va a determinar las relaciones sociales de la persona y, con base en ello, su visión de la realidad y de su propio estilo de vida. Por ello, el lenguaje es una pieza fundamental de los ejercicios de comunicación, pero, sobre todo, es una clave esencial de los procesos de socialización del ser humano. No es óbice mencionar que se habla de cualquiera de los tipos de lenguaje que se reconocen, y no necesariamente el oral. Siendo reconocidos a la fecha: el lenguaje por signos, escrito y visual, entre otros.

De lo anterior, es significativo recodar que un proceso de socialización se define como: “aquel proceso por el que un individuo se hace miembro funcional de una comunidad, adquiriendo la cultura que le es propia” (Marín, 1986, pág. 357); por lo es posible destacar que el lenguaje le permite a la persona ser funcional dentro de una sociedad, pero también le permite un criterio de correspondencia. Habrá que mencionar que el proceso de socialización es cambiante y dinámico, así que el lenguaje se sujeta a lo anterior y debe buscarse un límite con base en el ejercicio de la progresividad de los derechos humanos, el lenguaje debe encontrar necesariamente este fin al momento en que puede usarse como herramienta discriminatoria (Rangel, 2020).

 

Lenguaje y Derechos Humanos

Los derechos humanos son exigencias mínimas elementales que deben ser respetados por parte de los Estados frente a la persona (Bonet, 2016), lo anterior necesariamente implica que sean los derechos humanos el límite de actuación de toda persona incluyendo al Estado. Por lo tanto, el lenguaje tiene que acotarse especialmente al respeto de los derechos humanos de la persona, y esto no puede lograrse sin respetar a la persona per se.

El ser humano es eminentemente social, y lo anterior implica que es necesario el uso del lenguaje para comunicarse; es, por lo tanto, esperando un lenguaje en derechos humanos donde se valorice a la persona y se le reconozca en dignidad.

¿Podemos discriminar con el lenguaje?

Dado que el lenguaje es parte de un proceso de socialización, es natural que el lenguaje reproduzca un contexto donde la persona se desenvuelve culturalmente; por lo tanto, el lenguaje reproduce cultura y da como derivación que pueda lograr disminuir la dignidad de la persona que lo esgrime y la que lo recibe.

Así, para que el lenguaje se ajuste dentro de un parámetro de regularidad debe acercarse a un lenguaje incluyente, en el que se preserven los derechos humanos de la persona.

Por lo anterior, es obligado que la persona que se encuentra en un proceso de socialización deba procurar un lenguaje respetuoso y libre de discriminación y estereotipos, dando como resultado que forzosamente deba incluir y no excluir a las personas que lo reciben (INE, s. a.). De esta manera, el lenguaje que debe expresar un docente en un salón de clase tendría que estar libre de estereotipos, estigmas o prejuicios. Esto implica que la escuela deba reproducir lenguaje incluyente, que permita manejar la transversalización de los derechos humanos.

¿Es necesario el lenguaje incluyente en las aulas mexicanas?

La escuela y sus aulas son espacios que favorecen la potencialización de las personas y les permite encontrar nuevos procesos que lo formarán como un ser humano integral. Esto no es menos importante, dado que la escuela se ha considerado como un control social informal, que viene a fortalecer al ser humano y su contexto; por ello, todo lo que este control social informal potencialice, beneficiará a la persona, pero por otro lado, todo aquello que lo reduzca en dignidad, le perjudicara en su propio proceso de progresión como ser humano.

Por esto, es necesario que la escuela y sus aulas estén alejadas de discursos de odio, discriminatorios de género y violentos, que perjudiquen un correcto entendimiento de la persona y lo que a la escuela puede beneficiarle (INEE, 2019).

Así, la escuela debe convertirse en ese espacio seguro, donde la niña y el niño o las y los adolescentes puedan converger con la finalidad de crear criterios potencializadores, que permitan la construcción verdadera de una escuela mexicana incluyente.

Conclusión

Es deber del ser humano que converge en un proceso de socialización esgrimir un lenguaje acorde a los derechos humanos; es decir, protegiendo y respetando a la persona. Lo anterior implica, necesariamente, que esto deba reproducirse en cualquier contexto de los controles sociales informales.

Por lo tanto, la escuela y quienes la integran deben acotarse a un lenguaje acorde e incluyente, que permita potencializar a la persona en dignidad. Es necesario, dentro del lenguaje que se esgrime en una escuela, en especial en sus aulas, dejar de lado parámetros de reproducción de estereotipos o lenguaje sexista, entre otros, que inhiban un correcto avance de los derechos de la persona en esos espacios. Así, se vuelve indispensable encaminar en todos los espacios públicos, lenguaje no discriminatorio y libre de estigmas, que permita un criterio amplio de protección.

Asimismo, los docentes que tiene a su cargo el facilitar los procesos de enseñanza-aprendizaje, deben comprender perfectamente que cargar su lenguaje con procesos propios culturales y sociales reduce las condiciones de derechos de la persona que lo recibe y, por lo tanto, se puede convertir ese espacio en violento o discriminatorio para las personas que son sus usuarias.

Reconocer que el lenguaje es parte del ser humano y que le dota de un sentido holístico, también implica que la persona debe, todos los días, entrar a un proceso de deconstruir ese lenguaje que facilita.

REFERENCIAS

Bonet de la Viola, A. (2016). Consecuencias de la clasificación de los derechos humanos en generaciones en relación a la justiciabilidad de los derechos sociales. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, 46(124), 17-32.

Conapred. (2017). Lenguaje incluyente y no discriminatorio en la actuación de la administración pública de la Ciudad de México. Manual. Ciudad de México: Copred. En: http://data.copred.cdmx.gob.mx/wp-content/uploads/2017/01/Lenguaje-incluyente-yno-discriminatorio-13092016.pdf

INEE. (2019). Hacia un lenguaje incluyente y no sexista en la escuela. En: https://historico.mejoredu.gob.mx/hacia-un-lenguaje-inclusivo-y-no-sexista-en-la-escuela/

Instituto Nacional Electoral (s/a). ¿Qué es lenguaje incluyente? Y por qué es importante. En: https://igualdad.ine.mx/lenguaje-incluyente/recursos/cuadernoINE-1.pdf

Marín, A. L. (Julio-septiembre de 1986). El proceso de socialización: un enfoque sociológico. Revista Española de Pedagogía, XLV(173). En: https://revistadepedagogia.org/wp-content/uploads/2018/04/3-El-Proceso-de-Socializaci%C3%B3n.pdf

Rangel, R. X. (Mayo-junio de 2020). ¿Qué implicaciones para el Estado tiene que los Derechos Humanos sean inherentes? Revista Hechos y Derecho de la UNAM, 57.

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