Comunicación educativa y pandemia

Norma Irene Aguilar Hernández

Laura Noemy Pérez Cristino

Introducción

El vertiginoso e inesperado desarrollo tecnológico que trajo consigo la pandemia de Covid-19 no solamente generó nuevas dinámicas de comunicación e interacción, también resignificó la educación en todo el mundo. Debido al distanciamiento social y al confinamiento, nos adaptamos a nuevas formas de socializar; por ende, el concepto de comunicación se redefinió y, junto con él, la manera en que los docentes trabajamos en asignaturas relacionadas con el fenómeno comunicativo.

 Con el regreso a clases presenciales y los nuevos escenarios en los que los profesores llevamos a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje en compañía de los alumnos, surgen varias interrogantes para quienes impartimos Taller de Comunicación I y Taller de Comunicación II, asignaturas optativas del último año de bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH): ¿Para qué enseñar comunicación después de la pandemia? ¿Hacia dónde redireccionar las estrategias o secuencias didácticas con las que trabajamos? ¿Cómo abordar la complejidad del fenómeno comunicativo en esta nueva era? ¿De qué manera, los estudiantes del último año en el CCH lograrán un conocimiento significativo de la comunicación, al egresar y comenzar los estudios superiores en estos tiempos de crisis?

El presente ensayo busca responder justamente a una de las preguntas que emergió durante la crisis sanitaria de los años 2020 y 2021: ¿De qué manera abordar el estudio del fenómeno comunicativo, en el escenario de las tecnologías digitales, durante la pandemia? La siguiente tesis explica dicho cuestionamiento: En Taller de Comunicación I y Taller de Comunicación II, la Comunicación Educativa constituyó una opción para, a partir del Modelo Educativo del CCH, aprovechar la tecnología de manera responsable durante el confinamiento.

Enseñar comunicación humana sin interacción cara a cara

La manera de comunicarnos, nuestras relaciones cotidianas y la educación cambiaron drásticamente con la pandemia de Covid-19. Con las herramientas que los profesores poseíamos, hace tres años enfrentamos la crisis más grande de nuestro tiempo, valiéndonos de aulas virtuales como Moodle, Google Classroom, Teams, etcétera; no obstante, en una asignatura como Taller de Comunicación I, en la que la primera unidad, intitulada La comunicación humana, tiene como propósito que el alumno comprenda y valore la comunicación en los procesos de socialización y que advierta la relevancia de los niveles del lenguaje y formas de comunicación en la interacción humana, el escenario se tornó más difícil al prescindir justamente, de la interacción cara a cara. 

Es importante, al respecto, compartir la experiencia que como profesoras del Área de Talleres de Lenguaje y Comunicación tuvimos en los ciclos escolares 2020 y 2021 al revisar cuestiones teóricas y definiciones pertinentes como “comunicación interpersonal”, “comunicación intrapersonal”, “bidireccionalidad”, con apoyo de ciertas herramientas y plataformas tecnológicas. Durante la pandemia fue posible iniciar el estudio del fenómeno comunicativo en Taller de Comunicación I con otra de las temáticas que señala el Programa de Estudios, en las cuales los alumnos, además de realizar un relevante ejercicio de introspección basado en actividades de carácter autobiográfico (diseñadas con recursos de Moodle y Zoom, entre otros), reconocieron la importancia de la comunicación en distintas etapas de su vida y en su personalidad, otorgándole sentido y significado al proceso de autoconocimiento. Siguiendo a Leandro Chernicoff y Emiliana Rodríguez, entendemos el autoconocimiento como “la capacidad para dirigir la atención hacia uno mismo y tomar conciencia de diferentes aspectos de la identidad, así como de nuestras emociones, pensamientos y conductas” (Chernicoff y Rodríguez, 2018, p.29). 

En congruencia con lo anterior, determinamos que los alumnos iniciaran el estudio del autoconocimiento y la comunicación humana a partir de sí mismos, explorando ciertas experiencias de vida con las actividades propuestas -en forma sincrónica y asincrónica- y que, posteriormente, se involucraran en la revisión y análisis de aspectos teóricos acerca del autoconocimiento con ayuda de listas de cotejo o rúbricas, pues el uso de estos instrumentos favorecen la autoevaluación y el valor de la honestidad e integridad académica. 

Cabe destacar que, aún con la limitante que representaba contar solamente con la pantalla de Zoom como mediadora entre los alumnos y la docente, en las actividades propuestas se procuró recuperar los seis componentes que señala Campirán (1999):

1. El mediador modela a fin de que el estudiante tenga un ejemplo de cómo hacer buen uso de la herramienta y logre un manejo diestro de ella sobre cierto objeto.

2. El estudiante es quien más trabaja en el taller, es su proceso el que importa, se trata de que deje de ser estudiante y se convierta en experto.

3. El trabajo requiere estar orientado, ser guiado y no dirigido, de tal manera que el estudiante aprenda mientras hace.

4. El aula taller, es el espacio en donde el mediador y los estudiantes crean el ambiente para la ejercitación, en donde el espacio, iluminación y mobiliario forman parte fundamental.

5. El objeto es sobre lo que se trabaja, puede presentarse de manera concreta como los materiales, o de manera abstracta como las ideas y los conocimientos.

6. Las herramientas son un medio, una extensión del mediador y de los estudiantes para modificar o procesar el objeto sobre el que se trabaja y del que se requiere obtener cierto resultado. Las habilidades de pensamiento crítico y creativo son vistas en el taller como herramientas (Campirán,1999, p. 254). 

De los seis componentes anteriores, destacan los elementos 2 y 3 como los que buscamos fortalecer con la dinámica propuesta en Taller de Comunicación I, a partir del trabajo con actividades de carácter autobiográfico: el estudiante fue quien más trabajó al recuperar experiencias personales y logró iniciar un proceso de introspección al reflexionar en las actitudes y habilidades que empleaba en diferentes etapas de su vida para conocer nuevas personas, comunicarse con ellas y, posteriormente, para contrastar dicha experiencia de comunicación con la que obtuvo en su primer día como estudiante en el CCH.

Después de compartir sus actividades por Zoom, apoyándose en la proyección de fotografías o algún otro recurso acerca de las etapas mencionadas, los alumnos conocieron algunas definiciones del autoconocimiento y supieron que éste implica conocerse y valorarse a sí mismo, así como desplegar la capacidad de identificar diversos factores personales y del contexto que conforman la identidad, formular metas personales y reconocer las fortalezas y debilidades que pueden favorecer u obstaculizar su logro (Chernicoff y Rodríguez, 2018).

En el taller, retomando los componentes 2 y 3 que señala Campirán y sus planteamientos, es el proceso el que importa; a su vez, el trabajo requiere estar orientado, ser guiado y no dirigido, de tal manera que el estudiante aprenda mientras hace; presupuesto que se vincula directamente con el fundamento pedagógico del CCH: Aprender a aprender

Al inicio de estas actividades reconocemos que nuestro rol como docentes fue directivo, pero cuando el alumno recuperó experiencias de vida a partir de fotografías y otros elementos, nuestro papel se transformó: cedimos el papel protagónico al alumno quien, al convertirse en centro de su aprendizaje, logró dimensionar la importancia de la comunicación intra e interpersonal, así como el conocimiento y cuidado de sí mismo. 

Taller de Comunicación I y el perfil del egresado del CCH

A partir de lo planteado es importante señalar que, aún con las limitantes impuestas por la pandemia en 2020 y 2021, las actividades propuestas en Taller de Comunicación I contribuyeron a lograr los aprendizajes y buscaron responder al perfil del egresado del CCH en el rubro correspondiente a Conocimientos que, en el Plan de Estudios de Taller de Comunicación I-II, refiere a que la asignatura contribuya a que el alumno conozca la dimensión multidisciplinaria, humanística y social de la comunicación. En las actividades implementadas destacaron, sobre todo, las dimensiones humanística y social del fenómeno comunicativo, a partir del autoconocimiento. 

 

A su vez, en lo que respecta a la contribución al perfil del egresado en cuanto a Habilidades, el trabajo realizado impulsó al alumno a aprender por sí mismo, a partir de las habilidades de escuchar, hablar, escribir y leer. Y en lo que respecta a la contribución de Taller de Comunicación I al rubro de Valores, destaca la responsabilidad en el cumplimiento de tareas individuales y la honestidad del estudiante en los diferentes niveles de comunicación (intrapersonal, interpersonal, grupal y masivo). 

Taller de Comunicación II: el egresado del CCH y el uso de las TIC

Taller de Comunicación II representa, al tratarse de una asignatura del último semestre en el CCH, una oportunidad decisiva para responder en mayor medida al perfil del egresado y a lograr el propósito central de la asignatura: “que el alumno identifique los mensajes mediáticos, los analice y conozca sus contextos de producción o intencionalidad, con el fin de que pueda reconocerse a sí mismo como un receptor analítico, crítico y activo, y de este modo pueda resignificar los mensajes que recibe y haga uso racional y humanístico de ellos” (DGCCH, 2016, p. 33).

En congruencia con el propósito de la asignatura y, ante el regreso a clases presenciales consideramos —como señalamos en la tesis planeada en este ensayo— que la Comunicación Educativa tiene amplias posibilidades en el aula, con un objetivo: optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Como refiere Torres Lima, la Comunicación Educativa tiene “como finalidad la de promover aprendizajes a través de la enseñanza que se hace con el empleo de los medios de comunicación tecnológicos y que son usados por varios profesores y alumnos de acuerdo con un método didáctico específico” (Torres, 1994, p. 173).

Es en la primera unidad: Comunicación masiva y sociedad contemporánea, en la que los alumnos estudian las características y elementos de la comunicación masiva; a su vez, revisan los modelos básicos de la comunicación. Dado que en esta unidad también se aborda el reconocimiento de las características de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, la Comunicación Educativa sería prioritaria y pertinente en la siguiente temática: Usos académicos y educativos de las TIC, porque permitiría que los alumnos dimensionen la preeminencia de los medios digitales durante y después de la pandemia y que determinen si, efectivamente, en su aprendizaje utilizan las TIC de manera responsable. 

En 2020 y 2021 trabajamos dicho aprendizaje y temáticas a partir del texto intitulado Las TIC en la educación, publicado en 2019 —último año antes de la pandemia— por la Dirección General de Tecnologías de Información y Comunicación y la Coordinación de Tecnologías para la Educación–H@bitat Puma. A partir de dicho recurso, los alumnos lograron reflexionar sobre los usos académicos y educativos de las TIC, trasladando lo aprendido a su experiencia en la nueva dinámica derivada de la pandemia y marcada por un uso continuo y permanente de las TIC en entornos familiares y educativos. Los alumnos no solamente determinaron qué herramientas digitales efectivamente conocían y utilizaban de manera responsable o irresponsable, y cómo aprovecharon las TIC para favorecer su aprendizaje; también reconocieron consecuencias positivas y negativas que el uso de las TIC tenía en su vida, en ese momento. De esa manera, el alcance de los aprendizajes conceptuales fue posible; a su vez, los procedimentales y actitudinales, ya que se fomentó el trabajo en equipo y la comunicación entre los integrantes, así como la apertura a la pluralidad de ideas. 

Una vez señalado lo anterior, es necesario destacar que la Comunicación Educativa también exige considerar las características de la institución educativa en la cual se quiere implementar; en este caso el CCH y sus dimensiones histórica, comunicativa, cultural y social, para que exista concordancia entre las actividades planteadas y los principios rectores de la institución; en este caso el Modelo Educativo: aprender a aprender, aprender a ser, aprender a hacer y aprender a convivir. 

Si consideramos los principios básicos del CCH no podemos soslayar que, en la pandemia, dependía aún más del profesorado que los alumnos fueron motivados a aprender a aprender, a aprender a convivir y las TIC constituyeron un recurso básico para lograrlo; no obstante, era muy difícil cumplir con una exigencia implícita de la Comunicación Educativa: que los profesores desarrollaran su propio material didáctico, a una velocidad récord y en una enorme crisis sanitaria que implicaba no salir de casa y que los alumnos trabajaran en condiciones de desigualdad en lo que respecta a conocimientos sobre las TIC y posibilidades de acceso a la tecnología. En dichas condiciones, difícilmente eso se lograría. 

Si bien con la cantidad de recursos y aplicaciones que emergieron a raíz del confinamiento para grabar y editar audio y video, realizar podcast, capturar imágenes, tomar fotografías, etcétera, sin necesidad de contar con conocimientos especializados en esos rubros, no todos los docentes tenían la alfabetización digital que demandaba la pandemia para enfrentar un reto de esa magnitud. No obstante, es importante reconocer el apoyo del Colegio para el desarrollo de las habilidades digitales, mínimamente necesarias, para desarrollar el trabajo a distancia mediado por las plataformas educativas.  

A partir de lo anterior y de las experiencias compartidas en este ensayo, consideramos que el alumno que cursó Taller de Comunicación I y II, al concluir el semestre logró alcanzar —hasta donde el contexto lo permitió— habilidades, conocimientos, valores y actitudes. 

En Taller de Comunicación II otro de los propósitos es que el alumno, como sujeto activo en la enseñanza-aprendizaje, asuma una actitud crítica frente a los mensajes mediáticos y los producidos por él mismo. Por ello, y con mayor razón, en el contexto de la pandemia no podía quedar fuera el estudio de temáticas referentes a los medios de comunicación, noticias falsas, etcétera. 

Taller de Comunicación I-II son asignaturas que hacen hincapié en la importancia de trabajar la competencia hipertextual o mediática y, al respecto, es importante destacar que la enseñanza de la comunicación implica hablar de los medios de comunicación masiva y ampliar la visión de los alumnos sobre los mismos, de una manera más vinculada a la realidad. Aunque durante la pandemia prescindimos del aula como espacio físico, en línea podría constituirse un espacio de reflexión y conocimientos, no ajeno a la realidad. De esa manera, se procuró involucrar a los alumnos de Taller de Comunicación II en el conocimiento de medios de comunicación masiva y tecnologías digitales en procesos formativos de la opinión pública, por ejemplo.

Para finalizar

Como se planteó en este ensayo y como también refiere el Programa de Estudios de Taller de Comunicación I-II, el alumno inicia el estudio de la comunicación con el estudio de la comunicación humana, en la cual él es sujeto central, en su entorno inmediato y en los procesos comunicativos: la comunicación intrapersonal, el autoconocimiento y la comunicación interpersonal con la familia como grupo primario de socialización. Por ello, consideramos que, durante los años 2020 y 2021, las actividades referentes a la historia de vida de los estudiantes no podían quedar soslayadas. 

A raíz de la pandemia, y con base en el enfoque de la Comunicación Educativa, destacamos que es necesaria la preparación constante de los docentes en la incorporación de recursos mediáticos para la enseñanza y el aprendizaje, en la medida en que esta nueva era pospandemia nos permite vislumbrar el camino de la enseñanza del fenómeno comunicativo en situaciones educativas de distinta naturaleza.

Las asignaturas de Taller de Comunicación I y Taller de Comunicación II contribuyeron, durante los años 2020 y 2021 —enmarcados por la pandemia de Covid-19— en la formación de los alumnos del CCH para lograr, tal y como se señala en la contribución de las asignaturas al perfil del egresado, un mejor desarrollo de habilidades, valores y actitudes en las distintas situaciones de comunicación, tanto en el ámbito personal, académico y en un futuro profesional, independientemente del área del conocimiento que elijan los estudiantes. 

La propuesta de este ensayo consideró que una de las ventajas de utilizar la Comunicación Educativa en las aulas, es su viabilidad para adaptarse y responder a las características de nuestra sociedad actual, permeada por una enorme presencia de las TIC. 

En ese sentido, la Comunicación Educativa puede ser una opción viable para implementar en el aula ahora en el regreso a clases presenciales, integrando los recursos tecnológicos que siguen a disposición actualmente, pero también considerando que la clase-taller es, más que una dinámica de trabajo en el aula, la metodología esencial del enfoque didáctico, mismo que caracteriza a todas las asignaturas del Plan de Estudios vigente en el CCH.

Fuentes de consulta

 Cibergrafía

Campirán, A. (1999). “El taller visto como competencia” en Antología de habilidades de pensamiento crítico y creativo (pp. 15-24). Universidad Veracruzana. 

Chernicoff, M. y Rodríguez, E. (julio-diciembre, 2018). Autoconocimiento: una mirada hacia nuestro universo interno. Didac. núm. 72, pp. 29-37.

Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades (2016). Programas de Estudio de Taller de Comunicación I-II. México: DGCCH.

Tesis

Torres Lima, H. (1994). La Comunicación Educativa: Objeto de Estudio y Áreas de trabajo. Tesis de Maestría. UNAM-Facultad de Filosofía y Letras. México.

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