la identidad de las anas y las mias en la web
POR: Carmen Suárez Alcántara
Introducción
Cuando hablamos de comunicación y jóvenes en el Internet, nos enfrentamos a un fenómeno complejo, que nos remite a una intrincada trama de vínculos, significados, y significaciones, en torno a las nuevas identidades que emergen en el mundo virtual. Un ejemplo de esto es la existencia de diferentes comunidades virtuales como son: geeks,[1] hackers,[2] crackers,[3]dank, [4]normies,[5] gamer,[6] noob,[7] troll,[8] cheaters,[9] Pros,[10] Lamers,[11] Hikikomori,[12] las proanas y las mias,[13] etcétera.
Ramírez Plascencia (2013)[14] remite que:
La primera mención del término comunidades virtuales aparece en la obra de Rheingold, The Virtual Community: Homesteading on the Electronic Frontier, donde se definen estos espacios como agregados sociales que emergen desde el Internet, y cuya particularidad recae en el hecho de portar discusiones públicas, con suficiente sentido humano para crear relaciones sociales en el ciberespacio. Desde entonces, el término ha estado sujeto a controversia y crítica” (Ramírez, 2013).
Para Salazar (2011), la comunidad como sujeto colectivo “está constituido a partir de procesos identificatorios que establecen lo diferente como exterioridad y que asignan modalidades de pertenencia e inclusión”. Éste (nosotros) que constituye a toda comunidad, tiene prácticas discursivas, corporales, mediáticas culturales, políticas, sociales, económicas, éticas, ideológicas, por mencionar algunas, que son correlativas a la exclusión de los otros, en un tiempo y espacio determinado.
Las comunidades virtuales sustentan su identidad colectiva (su nosotros) a través de sus prácticas discursivas, “esto quiere decir que estamos ante fenómenos activos, como un cuerpo fluctuante de recursos interactivos” (Ursua, 2006). Para Ursua, la identidad en el ciberespacio es hecha, movible y múltiple.
En el presente artículo sólo nos abocaremos a dilucidar sobre cuáles son los mitos de origen y cómo está constituido el metamundo discursivo que sustenta la identidad colectiva de la comunidad pro ana y pro mia en la web.
Comunidad pro ana y pro mia
La comunidad pro ana y pro mia en la web, es una comunidad virtual nómada[15] conformada, en su mayoría, por adolescentes y jóvenes adultos[16] (95% mujeres y 75% menores de edad) de todo el mundo, que promueven a la anorexia y a la bulimia como un estilo de vida.[17]
El origen de esta comunidad virtual es opaco. Los estudios que se han llevado a cabo difieren en cuanto a su lugar de nacimiento: Estados Unidos, Europa o Inglaterra; fecha: mediados o finales de la década de 1990. Diversos autores, estudios e investigaciones coinciden en que las primeras plataformas web en que se generó este tipo de contenidos fueron los blogs (Suárez, 2014).
Los mitos de origen
La mayoría de los investigadores atribuyen la existencia de esta comunidad a:
- La necesidad que tienen las personas que padecen anorexia y bulimia, de un espacio para compartir cómo es su vida con estas enfermedades (Lafuente, 2012).
- Para expresar cierto aprecio respecto a los Trastornos de la Conducta Alimentaria, en especial la anorexia (Deiana, 2011).
- Para promover de forma directa el trastorno (anorexia) o cualquier patología afín (Mancillas, 2006).
Para los integrantes de la comunidad existen diversos mitos de origen; sin embargo, la mayoría están atravesados por un discurso biomédico.
La autora de Lyli S Life. Happy day (2004) relata que esta producción virtual surge de un proyecto médico que buscaba brindar apoyo emocional, por medio de sitios web, a personas que padecían anorexia y bulimia. Para lograr dicho objetivo, se modificó el nombre de estos padecimientos buscando “suavizar” su denominación, llamándose a sí mismas pro ana y pro mía a favor de la recuperación; posteriormente, esa web e idea fueron eliminadas por la poca gente interesada en ello, ya que en esos tiempos la anorexia y la bulimia no eran de gran interés social.
La administradora de la página señala que en España, dos años después, alguien retoma no sólo la idea de nombrar a la bulimia (mia) y la anorexia (ana) sino que además crea una página con el nombre: Princesas de porcelana. Ahí comienza a reunirse un grupo de personas que se dedican a compartir cómo es su vida con dichas enfermedades y, poco a poco, el grupo decide enfocarse cada vez más en apoyarse mutuamente para “mantenerse delgados”.
Esa web era muy especial y no cualquiera era aceptada, ya que se deseaba incluir sólo a personas con ana y mía para ser apoyadas en su meta. Se llamaba Princesas de porcelana por su liviandad, que hacía alusión a la delgadez y la fragilidad que dicha comunidad relacionaba con la belleza. El cierre de la web ocurrió un 16 de enero (día que la comunidad pro ana y pro mia festeja su existencia) y se borró todo rastro de ella.
Éste no es el único mito de origen del cumpleaños de ana y mia, como expondré a continuación.
En el blog My dreams are made of this, la administradora comienza a cuestionar a la comunidad misma sobre la fecha que está señalada como el cumpleaños o el día de ana y mia. Es interesante ver las respuestas que dan las integrantes de la comunidad: Amber, piensa que este festejo se debe a que es el cumpleaños de Kate Moss; princezacruel, señala que la causa es que se celebra el día de la nutrición y la alimentación; suddenn, agrega a esta idea que quizá las wannas tergiversaron el significado transformado en el día de las anas y las mias; Karytocherry, sugiere que ese día murieron cinco modelos que padecían anorexia y bulimia. Como podemos observar, el origen es nebuloso para la misma comunidad (Suárez, 2014).[18]
Las anas, las mias y las alissas
Los miembros de dicha comunidad se autodenominan “princesas” y “príncipes” defienden su “estilo de vida” (anorexia, bulimia y ortorexia) para llegar a la perfección –que dentro de esta comunidad es sinónimo de delgadez.
Existen tres tipos de princesas: anas (anoréxicas-color rojo),[19] mias (bulímicas-color morado) y alissas (ortorexia-color verde). Al final se encuentran las wannabe, que son las eternas aspirantes a princesa que, por más que se esfuerzan, nunca logran ser una. Por lo mismo, ser nombrada como wannabe dentro de dicha comunidad virtual es un verdadero insulto.
Dentro de la comunidad existen dos posturas en torno a su “estilo de vida” (anorexia, bulimia y ortorexia) que divide a las princesas/los príncipes en dos tipos: las(os) extremas(os) y las(os) moderadas(os). Las(os) primeras(os), como su nombre lo indica, buscan vivir su “estilo de vida” (anorexia, bulimia y ortorexia) hasta la muerte, y las(os) segundas(os) lo único que quieren lograr es llegar a su peso ideal.
La mayoría de las princesas y los príncipes sufren o han sufrido sobrepeso. Los usuarios que acceden a este tipo de material virtual tienen el interés de modelar su cuerpo –ser más delgados–, lo que en cierta manera equivale a ser perfectos o convertirse en príncipes o princesas; sin embargo, ser perfecta(o) o un príncipe o una princesa, dentro de esta comunidad virtual, va más allá de ser delgado por medio de la anorexia, bulimia y ortorexia. De hecho ambos adjetivos están huecos, abiertos, en ellos se juega una suerte de polivoces imposible de atrapar en un único concepto o definición, debido a que cada usuario puede decir qué es ser perfecta(o) y qué es ser un príncipe o una princesa. Pero los tips, frases, imágenes, consejos, tutoriales, avatar, que puedan existir al respecto en este tipo de material electrónico, irremediablemente nos remiten al cuerpo. La necesidad de transformar su existencia, sus relaciones interpersonales y su manera de autoconcebirse, como príncipes y princesas, es por medio de la transformación de su cuerpo (Suárez, 2014).
La comunidad pro ana y pro mia está inmersa en un metamundo
El metamundo de las “princesas y los príncipes ana y mia”, denominado Anorexic Nation, donde se busca la perfección,[20] está plagado de iconografías casi infantiles, predominando el color rosa, con imágenes de princesas, ángeles, libélulas, mariposas o seres etéreos.
Cada miembro de la comunidad pro ana y pro mia está inmerso en un metamundo, constituido de manera discursiva en vez de gráfica. Esto hace único al fenómeno, porque generalmente los metamundos convencionales se distinguen de otros espacios sociotécnicos, como el chat, los foros de discusión, el facebook, etcétera, principalmente por tener una representación gráfica de los espacios y cuerpos. Un ejemplo de esto son: Active Worlds, Mundo AW Gate y Mundo Alpha World, etcétera (Suárez, 2014).
El metamundo pro ana y pro mia se diferencia de la mayoría de los metamundos convencionales, porque estos últimos son plataformas virtuales que contienen códigos, reglas, opciones gráficas, etcétera, a las que los usuarios acceden y donde interactúan de forma limitada desde el principio, ya que la temática del juego impone la correlación que debe existir entre los miembros que pertenecen a dicho metamundo. En la producción pro ana y pro mia cada internauta va constituyendo este metamundo de acuerdo con su creatividad, interés o personalidad, y se va modificando y cambiando de manera permanente. Los discursos, los avatar, los juegos, las dinámicas, los rituales, la música, las anécdotas, la manera de posicionarse en favor de la anorexia, la bulimia o la ortorexia, respectivamente, emergen de la voluntad, la imaginación y la propia experiencia que tenga cada miembro de la comunidad; la única regla que éstos deben seguir, es que dichas prácticas discursivas deben girar en torno al estilo de vida que impone la anorexia, la bulimia y, recientemente, la ortorexia.[21]
Conclusiones
Para los integrantes de esta comunidad virtual, tanto la anorexia como la bulimia y la ortorexia son consideradas prácticas corporales y no un trastorno alimenticio, de allí que el corazón del fenómeno pro ana y pro mia en la web, sea la performatividad de los hombres y las mujeres en “princesas” y “príncipes” a través de diversas prácticas corporales para modelar su cuerpo y lograr la “perfección” de determinada manera. Esto es lo que convoca a las princesas y los príncipes anas y mias a ser los avatar, tips, lemas, consejos y prácticas corporales que giran en torno a este objetivo.
PIe DE PÁGINA
[1] Son aquellos con una afición excesiva por la informática, electrónica y las nuevas tecnologías.
[2] Hacker incluye dentro del término a aquellas personas expertas en programación que dedican su tiempo libre a desarrollar software y difundir información que pueda ser utilizada por otras personas. No obstante, en la cultura popular se incluye también en el término a todas las personas expertas en informática/telecomunicaciones que se dedican a aportar cosas positivas a la comunidad de forma desinteresada.
[3] Son ciberdelincuentes. Una auténtica mafia que lucran a base de hacer maldades en su propio beneficio.
[4] Es un productor y consumidor de memes, que se caracteriza por satirizar los discursos políticamente correctos de defensa de las minorías; también es alguien que se siente parte de una minoría inconforme y transgresora de las normas que rigen la vida social en la escuela secundaria y en otros ámbitos de socialización de los adolescentes.
[5] Son conformistas, convencionales y estereotipados en sus creencias, lo que les impide comprender el tipo de humor que abandera la tribu de los dank.
[6] Gamer (o jugador) es el término que se suele usar para nombrar a los aficionados a los videojuegos.
[7] Esta palabra suelen utilizarla principalmente los jugadores experimentados de videojuegos (gamers), de forma despectiva hacia los nuevos que no conocen el juego.
[8] Se llama “troll” (o trol) a los usuarios de Internet (en foros, chats, páginas web, juegos online…), cuyo único objetivo es molestar y destruir el buen ambiente en la comunidad. Para ello, habitualmente se hacen pasar por usuarios normales, que de forma disimulada intentan crear polémica para divertirse.
[9] Se llaman cheaters a las personas que hacen trampas. Esto puede pasar tanto en juegos, exámenes, tests, concursos y en otras situaciones. No obstante, su uso más extendido es en los videojuegos online, donde existen formas comunes de realizar trampas (cheats) para obtener una ventaja ante el rival, que puede ser una persona real en los juegos multijugador, o una máquina en los juegos individuales.
[10] Expertos (comunidad gamer).
[11] Que presumen de ser muy buenos sin serlo (comunidad gamer).
[12] El término acuñado por el psiquiatra Tamaki Saito, en el año 2000, significa apartarse, estar recluido. Se define como una forma voluntaria de aislamiento social o autoexclusión, debido a factores tanto personales como sociales.
[13] Comunidad virtual que sustenta que la anorexia y la bulimia es un estilo de vida y no un trastorno alimenticio.
[14] Y colaborador.
[15] Este material es censurado y la mayoría de las veces erradicado de las plataformas por su contenido.
[16] Generación X.
[17] De algunos años para acá, la comunidad pro ana y pro mia ha incluido a la ortorexia como un estilo de vida.
[18] Desde el 2014 en mi tesis de maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones en la uam-Xochimilco, me percaté que la mayoría de los trabajos académicos respecto al fenómeno Pro ana y Pro mia carecían del mito fundacional que la misma comunidad tenía de su existencia. De ahí hasta la fecha, no he encontrado artículo o estudio que formule o retome esta temática.
[19] Las princesas se distinguen portando pulseras de estos colores.
[20] Está entendida como delgadez.
[21] De unos años para acá.
ReFERENCIAS
- Anónimo. (01/16/12). ! ✿ Lilys Life… εїз♥ © Lyli S Life. Happy day (2004) En: http://mianaly.blogspot.com/feeds/posts/default?alt=rss
- (16/01/2011). Princesas moderadas?? – my dreams are made of this. En: http://princesasmoderadas.blogspot.com/
- (2019). Tribus Urbanas/ Tribus digitales. En: https://todas-las-tribus-urbanas.blogspot.com/p/ciber.html
- Deiana, F. (2011). Nadie dijo que fuera fácil ser una princesa: Una etnografía virtual de las webs Pro Ana. En Revista de Antropología Iberoamericana, 6(2), pp. 215-252. En: http://www.aibr.org/OJ/index.php/aibr/article/view/32/37
- Lafuente, B. (2012). La anorexia en blogs: para un cambio de perspectiva de las autoridades sanitarias y de la opinión pública. España: Universidad de Zaragoza. En: http://zaguan.unizar.es/record/9461/files/TAZ-TFG-2012-766.pdf
- Mancillas Díaz, M. (2006). Trastornos alimentarios en Hispanoamérica. México: Editorial Manual Moderno.
- Ramírez Plascencia, D. y J. A. Amaro López. (2013). Comunidades virtuales, nuevos ambientes mismas inquietudes: el caso de Taringa! En Polis. 34. En: http://journals.openedition.org/polis/8993 (consultado el 19 abril 2019).
- Salazar Villava, C. M. (2011). Comunidad y narración: la identidad colectiva. En Tramas. Vol. 34, 34, junio. Pp. 93-111. México: UAM-Xochimilco.
- Suárez, M. C. (2014). El Fenómeno Pro Ana y Pro Mia en la Web. México: UAM-Xochimilco (tesis de maestría).
- Ursua, N. (2006). La(s) identidad(es) en el ciberespacio. Una reflexión sobre la construcción de las identidades en la red (“online Identity”). En Revista Iberoamericana de Ciencia y Tecnología. Núm. 7 (septiembre-diciembre). España: Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. En: https://www.oei.es/historico/revistactsi/numero7/articulo03.htm