TikTok, TikTok: la creación de narrativas transmedia en la confrontación sino-estadounidense, poder y dominio

Abdiel Hernández Mendoza

Valeria Olvera Alvarado

Introducción

Todo contenido tiene un proceso cíclico desde su producción hasta su consumo; es decir, el consumidor busca o identifica algo de su preferencia y en poco tiempo ya lo puede encontrar en el mercado, ¿casualidad o destino? Si se va más allá de esta simple dicotomía se entendería que éste cuenta con las facultades para reactivar la producción del contenido e, incluso, complejizarla. Así, la relación producción-consumo-circulación es multimodal, y se realiza por vías tradicionales y/o emergentes.

Este artículo se basa en dicha relación mediática, que articula a los creadores de contenido con un público que no sólo es espectador, también es actor con distintos grados de participación en los procesos de comunicación transmedia y de confrontación geopolítica.

El prosumidor,[1] entonces, se convierte en un proveedor de contenidos coyunturales, basados en contextos particulares y es pieza fundamental para la materialización de mundos posibles; sin embargo, dichas aportaciones son susceptibles de ser rechazadas por el productor original (o el dueño de los contenidos) bajo varios supuestos que se revisan a lo largo de este documento. Al respecto, y con fines de realizar una propuesta de línea de investigación en el tema de las narrativas transmedia, se piensa que su estudio es esencial para la comprensión de las confrontaciones del siglo xxi. Aquí, el ejercicio del poder inteligente (Nossel, 2004) se dimensiona cuando lo instrumentan China y Estados Unidos (EU) en sus respectivos papeles de identificación del enemigo común.

En este punto recae la especificidad del escrito. Se puntualiza en una de las estrategias comerciales y tecnológicas dentro del escenario bélico internacional contemporáneo, que se concentra en el dominio de la aplicación TikTok,[2] con la intención de responder la pregunta, ¿la creación de narrativas transmedia basadas en TikTok son reflejo de la confrontación sino-estadounidense por la dominación del espacio digital?

Metodología

Este trabajo pretende aportar herramientas al vínculo disciplinar Relaciones Internacionales-Ciencias de la Comunicación, y para ello se observa a Estados Unidos y China como países que producen una gran cantidad de contenidos con narrativas específicas. Ambas naciones renovaron la Guerra Fría, sólo que ahora el espacio digital y lo que éste contiene, se añade a la lista de elementos en disputa por la dominación mundial. Por otro lado, es imperioso vislumbrar la incorporación de otros actores no estatales; es decir, empresas transnacionales de comunicación con gran alcance mediático como TikTok.

En esta tesitura, la guerra sino-estadounidense que experimenta la humanidad en el siglo xxi, bajo su versión multidimensional-blanda[3]-inteligente, se analiza bajo la perspectiva de Carlos Scolari (2013), propuesta en su libro Narrativas Transmedia, que se complementa con la visión de Cheng Lirong (2017), y permite una aproximación al tema planteado desde dos miradas distintas. Asimismo, se ha añadió un marco trazado desde la geopolítica mediática, respecto de la apropiación del consumo transmedia relativo a la aplicación TikTok.

Resultados

Las narrativas creadas en un cobijo moral bueno y malo no son ajenas a nuestro tiempo, se adoptan patrones de comportamiento ad hoc a los personajes o las situaciones que se presentan en los medios. En este caso, Estados Unidos (EU) y China permiten confirmar la existencia de un mundo polarizado a escalas planetarias similares a las de la Guerra Fría; sin embargo, es menester decir que las condiciones cambiaron, el avance tecnológico que inició el siglo pasado se complejizó. El proceso de tecnologización de la comunicación inaugurado con el envío de satélites artificiales al espacio exterior se concretó en 2020, un mundo más interconectado y con procesos comunicacionales de todo orden, en tiempo sincrónico, sin importar la latitud terrestre en la que nos encontremos.

El objetivo sigue siendo el mismo: ganar la guerra, por lo que una de las estrategias se basa en convencer a los demás actores de la sociedad internacional que se está logrando. Para los protagonistas es esencial crear una narrativa que utilice todos los elementos a su alcance. Dentro de este ejercicio, eu y China se perciben a sí mismos como los virtuales ganadores de una guerra en proceso.

Alrededor de dicha confrontación se observa la edificación de una arquitectura física, simbólica y digital como sustento. Prueba de ello son las plataformas de lanzamiento de cohetes al espacio exterior y las plataformas de lanzamiento de paquetes de datos al espacio virtual, además de que se ofrecen herramientas para la construcción de comunidades, definiendo y redefiniendo los signos de diferenciación entre ambos Estados.

Al momento de analizar la aplicación TikTok y el manejo político que se le otorga, se observaron las siguientes características: en enero de 2020 contaba con más de 800 millones de usuarios (Scolari, 2020); según datos de Bloomberg para julio de 2020, el valor de los negocios de la empresa oscilaron entre los 20 y 50 mil millones de dólares estadounidenses (Banjo, 2020). A partir de esto, nos atrevemos a señalar que es una aplicación estratégica. Las aspiraciones de eu por dominarla están enmarcadas, también, en la disputa por el control de la red mundial 5G y una guerra político-comercial, que ya ha expulsado a funcionarios de alto nivel en ambas naciones.

Ahora bien, en agosto de 2020, la empresa estadounidense Microsoft señaló su intención de comprar la cartera de negocios de TikTok en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelandia, lo que marcaría un cambio en el curso de las prohibiciones al uso de la aplicación en este país e impulsaría dos posibles resultados: 1) el aumento de la capacidad estadounidense de crear contenidos transmedia; 2) que en el proceso de la guerra blanda-inteligente-multidimensional, se vislumbre a China como un proveedor de aplicaciones para su rival.

La confrontación transmediática entre estos dos productores de contenido sigue con su objetivo de dominación mundial, el establecimiento de un enemigo común y contar con más contenedores de productos elaborados por el prosumidor, con la capacidad de formar y agrupar tendencias de toda índole que alcancen el mismo espectro. El prosumidor, se prevé, será el encargado de reforzar el mensaje de estos grandes actores de la comunicación; empero, ¿cuál será éste? Hasta ahora, aplicaciones como TikTok han generado contenidos con impacto político-social, lo que ha devenido en protestas contra el racismo en Estados Unidos y en Marruecos (Bacquerie, 2020; Fernández, 2020), pese a que la misma aplicación es acusada de contener una selección racista.

Discusión

  1. Consumo y reproducción de lo político

En Occidente, Henry Jenkins (2006) propone tres elementos clave para comprender la narrativa transmedia: 1) la historia debe expandirse a través de varios medios, siendo fundamental que cada uno cuente algo diferente y amplíe el mundo narrativo; 2) que la expansión gestionada desde arriba (top-down) por los productores se complemente con las expansiones desde abajo (bottom-up) realizadas por los usuarios y difundidas en plataformas colaborativas, como YouTube, Twitter, blogs, wikis o archivos de fan fiction, y 3) que el mundo narrativo se aborde desde cualesquiera de sus unidades textuales.

Considerando estos tres elementos, Scolari (2013, pág. 46) la define como “un tipo de relato en el que la historia se despliega a través de múltiples medios y plataformas de comunicación, y en el cual una parte de los consumidores asume un rol activo en ese proceso de expansión”.

Lo destacable de esta definición es que concibe al prosumidor como un agente que consume, se apropia (de acuerdo con su concepción del mundo, pensando en los distintos canales de información a su alcance) y reproduce lo que ocurre, según su percepción del mundo material, a través de una comunicación simbólica en la que existe una suerte de dicotomía, a la que Cal Schmitt ya aludía bajo la forma amigo-enemigo. En ésta se establece el concepto de lo político fuera de una esfera institucional, caracterizada por la intensidad, hostilidad y posibilidad extrema de la guerra (Schmitt, 1999, pág. 60).

En estos tiempos, no se ha reducido la posibilidad de una guerra bélica a gran escala, la confrontación es multidimensional. Así, no es de sorprender que asuntos de gran magnitud internacional, como la enemistad entre dos grandes potencias, la historia morbosa para unos y para otros peligrosa, puede magnificarse a través de una metahistoria propiciada por una narrativa transmedia. De este modo, el binomio amigo-enemigo explica por qué la confrontación sino-estadounidense en algunos momentos es una narrativa cercana a los cuentos de hadas y, en otros, se aprecia más como un duelo en el afamado videojuego Mortal Kombat en que el trofeo es la aplicación TikTok. Se advierte, entonces, que lo expresado por Schmitt respecto a dejar lo político fuera de las arenas institucionales, se invierte. Ello se confirma en el cambio de discurso estadounidense, que se basaba en los mitos fundacionales y ahora se sostiene en mitos prometeicos.

  1. Geopolítica de la circulación mediática: Del mito fundacional al mito prometeico

La visión amigo-enemigo en cuanto al uso de una aplicación (en este caso TikTok), toma en cuenta que el espacio de lucha por su dominación es muy amplio; sin embargo, es conmensurable la cantidad de datos que se procesan y generan, con el objetivo de que los dos rivales se apropien de ellos y realicen un Fatality[4] al oponente.

En virtud de ello, las narrativas transmedia son necesarias para comprender que la disputa sino-estadounidense no sólo es por la tecnología sino por el contenido que los prosumidores adquieren y reproducen de ésta. Scolari evoca a Jenkins al apuntar “en la actualidad, las historias más significativas tienden a fluir a través de múltiples plataformas mediáticas” (2013, pág. 24). Si bien lo mencionado por Jenkins expone la circulación de contenido multiplataforma, hace falta explicar que dicha circulación también tiene un sentido, y en ello enfatiza Li-Rong Cheng, quien advierte que “las narraciones transmedia tienen como objetivo crear una gama de productos culturales, bienes materiales e incluso formas institucionales” (Cheng, 2017, pág. 262).

Al identificar este propósito, la autora china abre la posibilidad de vislumbrar que el ecosistema transmediático es más amplio que el espacio digital, porque entrelaza a éste con otras formas de expresar la realidad en lo concreto, en lo tangible; así: “la ‘narrativa transmedia’ pone de relieve la búsqueda de una conexión con el mundo material de la realidad a través de la comunicación simbólica” (Cheng, 2017).

Para el estudio de la geopolítica mediática que se propone, esto es fundamental, debido a que en el plano institucional se tiene la capacidad de ir de un discurso basado en mitos fundacionales y de grandeza, tal y como los dos países en cuestión lo hacen en sus respectivos mensajes, a otro de promesas y benevolencias, utilizando el concepto de libertad cual antorcha prometeica en una lucha del bien contra el mal.

De esta forma, cada poseedor de aplicaciones contenedoras de datos fomenta la creación de narrativas que favorecen e incitan la perpetuación de su posición mundial. En esta lucha del águila contra el dragón es posible observar que recurrir a la historia de sus valores funciona como un elemento central, en palabras de Li-Rong Cheng (2017, pág. 264): “un cuento de hadas bien conocido, es una razón importante para seleccionarlo como metacuento en una narrativa transmedia”.

  1. El carácter transmedia de la guerra sino-estadounidense

Cuando se escribe de geopolítica, la idea central es nombrar el carácter de una confrontación entre actores que buscan dominar el tiempo (en este caso de transmisión sincrónica y asincrónica), el espacio (digital y de Internet) y el conocimiento (los objetivos de dominación cognoscente del mensaje que se transmite), este último es transversal a los primeros. Una de las herramientas de las que se valen los geoestrategas es el uso del lenguaje y las múltiples formas de significación que derivan de éste. En el caso específico de las narrativas transmedia, se observa en el carácter de expansión, contención, destrucción y producción de los contenedores digitales, que son señalados por Carlos Scolari (2013, pág. 14): animación, apps, branding, merchandising, mobisodio, entre otros.

En lo que se refiere a la producción de contenido, se asegura que la aplicación utilizada se vuelva a ocupar de forma recurrente al ser asimilada por sus fanáticos y prosumidores consolidados, con lo que se logra una aceptación de consensu (bajo consenso) que le da a dicha aplicación el carácter de estratégica. Bajo esta lógica, en medio de la disputa entre China y eu, la empresa Microsoft se mostró interesada en comprar las acciones de TikTok para que siguiera funcionando en los territorios de eu y de sus aliados en la cruzada antichina. Si esta transnacional consigue la dominación de una aplicación creadora de prosumidores de jure (a través de un contrato a nivel internacional), los resultados podrían ser los previstos en líneas anteriores.

Algo indiscutible es que China se ha convertido en un productor de aplicaciones y tiene la capacidad de suministrar a su rival con las mismas, ¿cómo lo logra? Tiene un mercado cautivo asociado a la cantidad de usuarios de Internet en su territorio, lo que posibilita la rápida consolidación de una empresa de tal calibre y, por lo tanto, facilita su expansión fuera de su mercado nacional. Lo anterior refleja que lo único que le faltaría a la nación de Sun Tzu es transnacionalizar, aún más, su lenguaje. Cuando Scolari (2013, pág. 15) dice que el lenguaje es un virus, permite ver a China y a eu como dos conceptos. De esta manera, es posible organizar un conjunto de ideas –según el espacio geográfico y el carácter ideológico– alrededor de cada uno. Así, películas, noticias, sitios de Internet, declaraciones políticas, bibliografía en planes de estudio, charlas de café, entre otros, son los espacios donde destaca el contenido reproducido en las redes sociales, convirtiéndose en reforzadores de una visión positiva o negativa de dichos conceptos. Así, los prosumidores se posicionan dentro de la confrontación, incluso sin saberlo, al utilizar las aplicaciones como TikTok.

Reflexión final

La confrontación sino-estadounidense se encuentra enmarcada en una guerra blanda, inteligente y multidimensional por el control de los espacios digitales. Para ello, es indispensable comprender que el ejercicio de las narraciones transmedia sólo es posible si se tienen las condiciones materiales de su existencia, en concordancia con la visión no occidentalizada del tema, “el mayor atractivo narrativo es que ya no se trata sólo de un conjunto de métodos y estrategias de comunicación, sino de un conjunto completo de herramientas y estrategias” (Cheng, 2017, pág. 269); bajo esta óptica se propone estudiar a las narrativas transmedia en un contexto mundial de guerra permanente en el que, para este caso, aunque ambos países (EU y China) se posicionen como vencedores, siempre exista la duda de cuál fue la mejor estrategia.

PIe DE PÁGINA

[1] Se entiende como prosumidor al participante significativo en la narrativa de los relatos y la construcción de los mensajes en los medios digitales.

[2] “TikTok es una aplicación gratuita para iOS y Android que se especializa en videos de 15 segundos orientados a la música” (Dove, 2020). Es propiedad de Byte Dance (s. f.).

[3] Se le considera blanda al no existir un enfrentamiento militar directo y multidimensional, porque implica el carácter: comercial, financiero, tecnológico, diplomático y cultural, entre otros, que acompañan a la carrera armamentista de última generación.

[4] Expresión que se observa en el videojuego Mortal Kombat, y sugiere una muerte lenta y dolorosa del contrincante.

ReFERENCIAS

Bacquerie, J. (mayo 31 de 2020). “Protestas contra el racismo y la brutalidad policial llegan a TikTok”. Animal MX. En: https://animal.mx/2020/05/muerte-de-george-floyd-protestas-en-tik-tok/

Banjo, S. (agosto 4 de 2020). TikTok’s Price Is a Giant Question Mark in Already Complex Deal-Bloomberg. En: https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-08-04/tiktok-s-price-is-a-giant-question-mark-in-already-complex-deal

ByteDance. (sf). https://www.bytedance.com/en/ (recuperado el 9 de agosto de 2020).

Cheng, L.-R. (2017). El desafío de la narración cross-media a la teoría narrativa semiótica. Cultura china y extranjera y teoría literaria, 01. En: http://www.cnki.com.cn/Article/CJFDTotal-ZWWW201701026.htm

Dove, J. (julio 16 de 2020). What is TikTok? The 15-second video platform explained. En: https://finance.yahoo.com/news/tiktok-133048084.html

Fernández, A. (junio 27 de 2020). Hanan Midan: La «tiktoker» que trolea el racismo. elperiodico. En: https://www.elperiodico.com/es/cuaderno/20200627/hanan-midan-la-tiktoker-que-trolea-el-racismo-801609

Jenkins, H. (2006). Convergence culture: Where old and new media collide. New York University Press.

Nossel, S. (2004). Smart Power. Foreign Affairs, 83(2), 131-142. En: https://doi.org/10.2307/2003390Schmitt, C. (1999). El concepto de lo político. Alianza Editorial.Scolari, C. A. (2013). Narrativas Transmedia. Cuando todos los medios cuentan (1a). Deust—. (julio 11 de 2020). Más allá de TikTok: El ecosistema de las plataformas en China. Hipermediaciones. En: https://hipermediaciones.com/2020/07/11/ecosistema-plataformas-china/

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