La convergencia digital, entre el predominio del algoritmo y un enfoque crítico

Carlos Alonso Alcántara

En la actualidad, los procesos sociales han construido nuevos sistemas teleinformáticos-audiovisuales digitalizados que integran redes hipercomplejas, fragmentadas y performativas en un espacio digital. Son extensos los campos donde se han desarrollado una serie de ajustes, de reformulaciones y una amplia gama de nuevos procesos sociohistóricos derivados de la convergencia digital. 

Estamos en una sociedad en que la información, los datos y las interfaces digitales, entre otros, avanzan de manera vertiginosa en un espacio mediatizado por la tecnología, el Internet y la World Wide Web. Es casi imposible entender los enfoques mediatizados, sociales, políticos y culturales sin la presencia de los avances digitales. El tecnólogo Kevin Kelly (2016) considera que la omnipresencia y complejidad de las tendencias tecnológicas se asemejan mucho a la evolución de la vida.

En este trabajo realizo, en un primer momento, una revisión explicativa de la situación que impera en los estudios derivados del predominio de los procesos algorítmicos y los sistemas informacionales; en un segundo momento, marco la necesidad de reflexionar críticamente sobre las transformaciones derivadas de la convergencia digital. 

 

La dominancia del algoritmo en la convergencia digital

De acuerdo con el investigador argentino Carlos Scolari, “las convergencias generan nuevas figuras profesionales y modelos de negocios, producen rupturas tecnológicas, crean nuevos hábitos de consumo e imponen otras formas de relacionarse e, incluso, de hacer política” (Scolari, 2009). No obstante, en la actualidad tales transformaciones están determinadas por la interacción digital ancladas en una arquitectura de datos, los procesamientos complejos de bits, la reformulación de códigos binarios y las formas híbridas de los procesos de información.

De esta manera, las conexiones en red y las interacciones simbólicas en un espacio digital han empezado a reconfigurar una fragmentación de varios procesos: la relación entre personas y la tecnología (social network); el enlace entre los objetos y la tecnología (Internet of things); el vínculo entre los territorios y la tecnología (sistemas informativos geográficos, GIS, por sus siglas en inglés); la biodiversidad y cualquier tipo de superficie (Internet everythings), entre otros (Di Felice, 2019, pág. 35). 

Esto significa que existe un predominio de los sistemas de información derivados de la configuración de realidades y ecologías digitales en datos y bits, y que la presencia del Big Data es determinante. Por ello, la complejidad de los procesos de convergencia ha rebasado los modos básicos de la comunicación digital y el ciberespacio, reconocidos por el investigador tunecino Pierre Lévy hace más de 30 años. 

En la actualidad, los sistemas de redes se desarrollan desde una lógica reticular y rizomática, además del desarrollo de los sistemas complejos de algoritmos. Dice el investigador Di Felice (2019, pág. 36) que “la infinidad de redes que hoy se conectan, a través de las diversas formas de digitalización, ya no son cuantificables […] Las nuevas formas de conexión nos están convirtiendo en habitantes de galaxias bits”.

El debate se encuentra en el desarrollo de un espacio sociohistórico donde las matemáticas, la relación causal mecanicista y los sistemas complejos están siendo el eje articulador de los entornos cotidianos; esto es, el lenguaje matemático, el razonamiento, el código binario, los lenguajes de programación, los procesos de la inteligencia artificial, los algoritmos, el bigdata, la minería de datos, las métricas de control, los geolocalizadores y el sistema de código abierto Hadoop, entre otros, representan un paradigma que integra los ámbitos sociales y personales de esta época.

El uso de Internet significa asumir ser participante voluntario de un repositorio de datos, de compartir nuestra huella digital, geolocalización e identidad digital. Estamos siendo partícipes de relaciones socioalgorítmicas en el Internet sin que estemos reflexionando sobre ello. 

En este sentido, el activista digital Eli Pariser analiza la personalización de datos en Google, como un aspecto que denomina “Filtro burbuja” y dice: “tu pantalla del ordenador es cada vez más un espejo unidireccional que refleja tus propios intereses, mientras los analistas de los algoritmos observan todo lo que clicas” (Pariser, 2017, pág. 13).

 

Estudios sobre la comunicación digital

Estos estudios se están replanteando de forma continua, ya que los esquemas tradicionales del estudio de la comunicación han sido rebasados por la complejidad de los procesos derivados de una “ruptura paradigmática” de los modos de comunicación mediada por la tecnología; por ejemplo, la realización de estudios sobre los entornos digitales los están determinando las relaciones del enfoque de las interfaces con otros marcos teóricos, como la Sociología relacional, la Teoría del actor-red, o la construcción social de la tecnología, entre otros (Scolari, 2018).

En este momento prevalece el debate en torno al estudio de las interfaces y los procesos de innovación: el análisis de interfaces como fase previa de los procesos de Design Thinking (pensamiento de diseño) en el ámbito de la comunicación. Para ello, basta revisar las propuestas innovadoras del diseñador y tecnólogo John Maeda, quien yuxtapone las técnicas artísticas con complejos programas informáticos.

Desde el uso de la tecnología también se están impulsando nuevos enfoques con una perspectiva sociocultural, como son los Nuevos Estudios sobre la Alfabetización (Hernández, 2016); el Enfoque digital hermenéutico (Zanotti, 2015); los Estudios de recepción mediática (Winocur, 2006), o la Viralidad de las estéticas de la imágenes digitales (Sánchez, 2019), así como la Sociología del cambio tecnológico, el Evolucionismo económico y el contexto tecnológico (Lovera, 2008), los Signos del imaginario mediático latinoamericano (Andacht, 2021), y el Net Activismo (Di Felice, 2021).

En el ámbito de la antropología y la comunicación digital se encuentran los estudios de la Antropología de la tecnología (Cancino, 1985; Pfaffenberger, 1992), la Tecnoantropología, las etnografías de los sistemas tecnológicos de comunicación, las etnografías de las culturas digitales, la netnografía o etnografía on-line (Ramírez Autrán, 2015).

También tenemos los estudios sobre la Semiótica de las interfaces (Bujan, 2010), la Semiótica de las redes (2021), o bien las denominadas IA Generativas (2023), las redes generativas adversarias (GAN) (2023), incluso los estudios de las GTP 3 (Transformador Reentrenado Generativo de 3ª generación) o las referencias al Modelo Turing NLG de Microsoft (2022).

En el caso de la filosofía y la comunicación digital es importante considerar los estudios de Carl Mitcham con su clásica pregunta, “¿qué es la filosofía de la tecnología?”, o a Friedrich Dessauer, quien plantea estudiar el significado de la tecnología a partir de los vínculos con lo humano y extrahumano: arte, literatura, ética, política y religión. En la Filosofía de la técnica actualmente se reconoce el papel de Andrew Feenberg (Vera, 2019). También se han desarrollado referencias sobre estudios de la Ciberfilosofía (2010, 2012, 2020).

Asimismo, los modos de medición de las audiencias-público de los medios y las plataformas digitales genera nuevos enfoques; por ejemplo, la medición multiplataforma que proporciona métricas de alcance y frecuencia en programación lineal, transmisión, televisión conectada (CTV) y canales digitales. Para medir los medios/audiencias se utiliza, entre otros, un nuevo enfoque de métricas de alcance y frecuencia de las plataformas digitales que integra la escala del Big Data y los conocimientos granulares de personas, que permite adecuar e integrar los datos que reflejan las audiencias de publicidad, programáticas y de contenido.

También son recientes las orientaciones teóricas sobre la Geología de los medios en el uso de las máquinas digitales y su entramado sociotécnico (Parikka, 2021). También existen los procesos de la tecnología cultivada a partir del denominado “monozukuri” en los procesos sociales o, bien, la expansión del nuevo modelo Society 5.0 a nivel mundial, que se han derivado de los efectos de red del denominado Capitalismo de plataformas (Nick Srnicek), del Capitalismo de datos, o del Capitalismo en la era del Big Data (Mayer-Schönberger).

 

Miradas desde un enfoque crítico

Sin duda, es importante tener un bosquejo de los estudios comunicacionales derivados de la convergencia digital, no obstante, conviene determinar la actitud que se debe asumir ante tal circunstancia: el predominio de los procesos algorítmicos en un espacio digital.

Esto es así, porque resulta determinante acentuar los procesos en la condición humana y su vínculo con los procesos de la tecnología por encima de una visión instrumental de los procesos tecnológicos: cambiar las relaciones sociales para humanizar los espacios de la convergencia digital; reconocer la integración de los modos alternos desde el dominio tecnológico; impulsar la construcción de formas de autorregulación en los procesos sociales; razonar en forma “intercomunicativa” y no sólo instrumental, así como dirimir aspectos tecnológicos de manera ampliada y autopoiética, entre otros.

De ahí parte la importancia de conocer el pensamiento de autores críticos que han articulado una serie de premisas que tienen una mirada crítica más allá del uso y de la eficiencia de las redes, la tecnología, los recursos y las herramientas digitales y las plataformas, entre otros. Un pensamiento que nos permitirá entender con un enfoque crítico la realidad de la tecnología, la comunicación y la sociedad en la actualidad. 

Por ejemplo, es conveniente consultar a Evgeny Morozov, uno de los principales investigadores en las implicaciones sociales y políticas de la tecnología; a Renata Ávila, especialista en el vínculo de derechos humanos con la tecnología; a la abogada del activista Julian Assange; también a Nick Srnicek, un especialista en economía política y tecnología, autor de Capitalismo de plataformas; a Sofía Trejo, que estudia los sesgos algorítmicos y el papel de la inteligencia artificial en la sociedad, y se ha especializado en Inteligencia Artificial y Género, además de que es egresada de la UNAM.

También hay a otros autores que tienen una visión crítica del predominio de la tecnología en los espacios sociales: Shoshana Zuboff, crítica de la “Economía de la vigilancia”; Sandy Parakilas, defensora de la privacidad de los datos de sus usuarios de la red; Tristan Harris, especialista en ética de la tecnología estadounidense; Chamath Palihaitiya, crítico de las redes sociodigitales, y Tim Kendall, exfuncionario de Facebook que cuestiona la prevalencia de las redes sociodigitales.

Asimismo, es importante reconocer los postulados de Asa Raskin, defensor de la ética en la tecnología; de Ana Lembke, psiquiatra que analiza la adicción a la red; de Jorge Carreón, que se ha especializado en los estudios culturales y los procesos tecnológicos, y de Natalia Martos, abogada especializada en protección de datos y medios digitales.

Después de revisar este panorama, podríamos determinar otras temáticas de la comunicación y los procesos digitales que no se han estudiado lo suficiente y que impulsarían una condición reflexiva y crítica. Podríamos ahondar en el diseño de nuevos modelos de propiedad de los datos, en el grado de sometimiento de los algoritmos en distintos contextos sociales, en la creación de plataformas cooperativas y en una regulación integral de las plataformas tecnológicas donde privilegie el sentido de comunidad más que el sentido económico-algorítmico.

REFERENCIAS

Han, B.-Ch. (2022). Infocracia. La digitalización y la crisis de la democracia. España: Taurus.

Di Felice, M. (2019). “La era viral. Características fundamentales de una sociedad y cultura en red”, en Sánchez. M. y Martínez N. (coord.). Viralidad. México: Gedisa/UAM. 

Kelly, K. (2016). Lo inevitable. Estados Unidos: Penguin Random House.

Orozco, G. (2018). TVMorfosis. Innovación de informativos en el entorno digital. México: Productora de Contenidos Culturales.

Pariser, E. (2017). El filtro burbuja. México: Taurus.

Scolari, C. (2009). Alrededor de la(s) convergencia(s). Conversaciones teóricas, divergencias conceptuales y transformaciones en el ecosistema de medios. Signo y Pensamiento, XXVIII.

—. (2019). Las leyes de la interfaz 2. España: Gedisa.

—. (2022). La guerra de las plataformas. España: Anagrama (Nuevos cuadernos).

Silva, V. (2014). Caos y catástrofe. España: Gedisa.

Vera, A. (2019). La tecnoestética de Gilbert Simondon frente a la herencia de Karl Marx: perspectivas y confrontaciones. Anthropology & Materialism. En: http://journals.openedition.org/am/919; DOI: https://doi.org/10.4000/am.919

Vilchis, L. (2013). Convergencia y transmedialidad. España: Gedisa.

S/A. (2018). John Maeda, el diseñador que explora el diseño desde la tecnológica. Gráfica, Revista digital. En: https://graffica.info/john-maeda/

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